Economías estables, sistemas financieros sólidos, riqueza mineral estos son algunos atractivos que hacen de la región un lugar interesante para invertir.

En los próximos diez años, las exportaciones de América Latina al país asiático -el mercado más apetecido por todos- podrían más que duplicarse desde su nivel actual, y desplazar incluso a Europa como segundo destino de sus productos.

Así lo dijo esta semana un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), lo cual alienta mucho a las economías de la región, pues esta noticia se une a las positivas proyecciones que economistas, investigadores y analistas hacen del papel que ha jugado y jugarán nuestros países en la superación de la crisis económica mundial

Latinoamérica emergió relativamente ilesa de la debacle, a pesar de que colapsaron muchos de los precios de los productos básicos en los que se basan sus economías y del congelamiento que vivió el crédito.

Parte de este desempeño fue el reflejo de una sofisticación recién descubierta en estos países, obtenida de sus experiencias durante los últimos 15 a 20 años en el manejo económico. Las operaciones de comercio internacional también se han diversificado, y ahora incluyen a la mayor parte del mundo, especialmente China.

Por eso, América Latina se ve como una de las regiones más emprendedoras e innovadoras del mundo, aspecto clave para impulsar el mercado mundial. Así también quedó planteado en el Foro Económico Mundial que se llevó a cabo en Cartagena.

Allí, la firma consultora Ernst & Young remarcó como en las últimas dos décadas, América Latina no ha dejado de profundizar su integración con la economía mundial.

Regímenes de comercio e inversión han sido liberalizados, la inversión extranjera directa (IED) ha aumentado y los nuevos mercados de exportación han entrado en funcionamiento. La región atrae ahora a alrededor del 7 por ciento de la IED mundial y representa el 6 por ciento de las exportaciones globales.

«América Latina no se vio tan gravemente afectada por la recesión mundial, como sí lo hicieron algunos países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde), aunque su desempeñó fue más bajo que el de otros mercados emergentes, como India y China, que continuaron creciendo a fuerte ritmo», dice el informe.

El PIB real de América Latina cayó un 2,3 por ciento en el 2009, en comparación con el 3,4 por ciento en la Ocde. Sin embargo, hay diferencias en la forma en que afrontaron la crisis. Aquellos países que dependen en gran medida del mercado de Estados Unidos obtuvieron peores resultados, que aquellos con vínculos comerciales más fuertes con Asia.

De estos últimos, Brasil, la economía más grande de la región, apenas se contrajo 0,3 por ciento. Esto refleja varias fortalezas, entre ellas un alto grado de diversidad de industrias de exportación y de mercados, un sistema financiero sólido y en su mayoría de propiedad nacional, con una exposición mínima a los valores de alto riesgo.

Chile también es un buen ejemplo de una economía bien gestionada. A pesar de estar sumamente expuestos a la recesión debido al peso del sector exportador en su economía, importantes ahorros fiscales permitieron una efectiva política anticíclica que llevaron a contracción de sólo 1,5 por ciento de su economía.

En cambio México, la segunda mayor economía de la región obtuvo resultados muy desfavorables, con una retracción de la economía del 6,6 por ciento, en parte, por su alta dependencia de Estados Unidos con más de 80 por ciento de sus exportaciones a ese país, además de los importantes flujos de remesas de los trabajadores y unas finanzas públicas débiles.

Centroamérica es una región que debe fortalecerse, mientras que el sur de la región es más pujante y viene creciendo.

Obstáculos para los emprendedores

América Latina se está viendo ante el mundo como una región de emprendedores e innovadores, en la cual se puede imvertir. Sin embargo, los empresarios aún enfrentan numerosos obstáculos: la fragilidad en la defensa de los derechos de propiedad, una regulación excesiva y los altos impuestos están entre los factores que ralentizan el desarrollo empresarial.

La falta de apoyo para las mujeres empresarias pueden llevar a que se pierdan algunas oportunidades importantes. Además, en comparación con el rápido crecimiento de las empresas del este de Asia, las de América Latina parecen tener contratiempos como redes de negocios más débiles, limitada disponibilidad de servicios de subcontratación y de financiación.

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Redacción Minuto30

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