El número dos y jefe de la delegación de paz de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Iván Márquez (d), lee un comunicado junto a Rodrigo Granda (i), alias "Ricardo Téllez", el 21 de junio de 2013, en el Palacio de Convenciones de La Habana (Cuba). EFE

La guerrilla de las FARC instó hoy al presidente colombiano, Juan Manuel Santos, a parar la «brutalidad» y ataques de «escuadrones» contra labriegos de la región de Catatumbo, frontera con Venezuela, en protesta desde hace días para reclamar la declaración del lugar como Zona de Reserva Campesina.

El número dos y jefe de la delegación de paz de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Iván Márquez (d), lee un comunicado junto a Rodrigo Granda (i), alias "Ricardo Téllez", el 21 de junio de 2013, en el Palacio de Convenciones de La Habana (Cuba). EFE

El número dos y jefe de la delegación de paz de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Iván Márquez (d), lee un comunicado junto a Rodrigo Granda (i), alias «Ricardo Téllez», el 21 de junio de 2013, en el Palacio de Convenciones de La Habana (Cuba). EFE

«Iván Márquez», número dos de las FARC y jefe del equipo de la guerrilla en las negociaciones de paz con el Gobierno, expresó en una declaración ante la prensa en La Habana la solidaridad del grupo insurgente «con la lucha de los campesinos del Catatumbo por sus derechos».

El líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) explicó que esa protesta persigue la declaración inmediata de una Zona de Reserva Campesina, un asunto que se trató en la mesa de paz de La Habana durante el debate de la cuestión agraria.

Los labriegos piden la suspensión de los planes de erradicación de los cultivos de coca e impulsar programas de sustitución, que se acaben las concesiones minero-energéticas a multinacionales y la libertad para «centenares» de campesinos presos «acusados de terrorismo mediante montajes judiciales», según el jefe guerrillero.

«Quisiéramos dirigirnos al presidente Santos para que pare la brutalidad de los escuadrones que están atacando con armas de fuego a campesinos inermes e indefensos que están haciendo uso de un derecho legítimo como es el derecho de la protesta», señaló «Iván Márquez», alias de Luciano Marín Arango.

El Catatumbo, bañada por el río homónimo, es una remota región del noreste de Colombia fronteriza con Venezuela que acarrea históricos problemas de abandono agravados por su condición de zona cocalera y de conflicto con presencia de casi todos los grupos armados ilegales.

Márquez hizo estas declaraciones en el Palacio de Convenciones de La Habana, donde hoy concluye el décimo ciclo de las negociaciones que la guerrilla sostiene con el Gobierno de Juan Manuel Santos para intentar poner fin al largo y cruento conflicto armado en Colombia.

Durante esta ronda, que se inició el 11 de junio, las partes han comenzado a discutir sobre la participación política, el segundo punto de la agenda del proceso.

Las FARC desgranaron otras cuatro propuestas de las primeras diez que han presentado para este debate, relativas a las garantías de participación política para campesinos, indígenas, afrodescendientes y otros sectores excluidos.

También plantearon el estímulo a los procesos de integración en América Latina, el impulso de una cultura política para la paz y la reconciliación nacional e insistieron en su demanda de una Asamblea Nacional Constituyente.

«La Constitución que surja del proceso constituyente será el verdadero tratado de paz justo y vinculante que funde nuestra reconciliación, rija el destino de la nación colombiana y la encauce hacia la mayor democratización política, económica y cultural», indicaron las FARC en la declaración leída por Márquez. La Habana, 21 jun (EFE)

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Redacción Minuto30

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