Rescate de presa en Brasil

Búsqueda de víctimas de ruptura de presa en Brasil

Investigadores brasileños alertaron este martes de la posible aparición de brotes de enfermedades infecciosas, como dengue, fiebre amarilla y esquistosomiasis, en la región de Brumadinho, tras la rotura de una represa del gigante minero Vale que dejó al menos 134 muertos y 199 desaparecidos.

Según un estudio de la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), vinculada al Ministerio de Salud, los cambios en el ecosistema, provocados por la ola de residuos minerales y agua que se precipitó desde la represa, pueden además agravar «problemas crónicos», como hipertensión, diabetes y enfermedades mentales.

El derrumbe del dique de contención en Brumadinho, en el sureste del país, ocurrió el pasado 25 de enero y deja ya 134 muertos y 199 desaparecidos, según el último recuento de Defensa Civil y el Cuerpo de Bomberos, que continúan aún con las labores de rescate en busca de supervivientes y posibles nuevas víctimas.

Se desconoce con exactitud el daño medioambiental que producirán los millones de toneladas de lodo tóxico que avanzan por el río Paraopeba y otros arroyos que bañan la región, pero investigadores de Fiocruz advierten que en el corto y mediano plazo podrían impactar en la salud de la población próxima a la zona de la catástrofe.

«La presencia de una gran cantidad de material en suspensión en las aguas de los ríos afectados causó la inmediata mortandad de peces y además hace inviable la captación y tratamiento de agua para el consumo humano», dijo Christovam Barcellos, uno de los investigadores que participó en la elaboración del estudio.

Las alteraciones ecológicas provocadas por el desastre también pueden desencadenar la transmisión de la esquistosomiasis (una enfermedad causada por gusanos), pues gran parte de la ciudad de Brumadinho carece de un sistema de tratamiento de aguas sanitarias.

«La transmisión de la esquistosomiasis es facilitada por el contacto con ríos contaminados por alcantarillados domésticos y con la presencia de caracoles infectados», indicó Barcellos.

Asimismo, subrayó que la región ya era una zona de riesgo por fiebre amarilla y que «un nuevo brote de la enfermedad no puede ser descartado», por lo que «es urgente la vacunación de la población» tras la catástrofe.

El desastre en Brumadinho se produjo tan solo tres años después de otro parecido ocurrido en Mariana, municipio que también se encuentra en el estado de Minas Gerais y donde la rotura de varios diques de la minera Samarco, controlada por Vale y BHP Billiton, causó 19 muertos y una tragedia medioambiental sin precedentes.

EFE

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Redacción Minuto30

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