Hay tres temas fundamentales a los cuales el Presidente Iván Duque debe darles mucha importancia y solución inmediata para que no se acreciente la problemática social y económica que heredo del nefasto gobierno de Juan Manuel Santos, que tanto daño le ha hecho al país.

Que Colombia sea el productor de más del 70% de la cocaína que se consume en el mundo según la ONU, es un problema mayúsculo, de una gran dimensión y trascendental para el futuro del país. Haber pasado de sembrar 46.000 hectáreas de coca en el año 2.013 a 209.000 hectáreas en el 2.018, tiene y genera indicadores sociales, económicos y ecológicos muy negativos, complejos y desfavorables para el país.

No me cabe duda que haber acordado con las Farc que el narcotráfico fuera delito político conexo en los acuerdos de Paz de la habana, fue el gran detonante para que la siembra de coca y de producción de cocaína se disparara en nuestro país. Desde que se inició el gobierno de Juan Manuel Santos los narcotraficantes han hecho lo que han querido.

Que se hayan deforestado 209.000 hectáreas de bosques tropicales secos y húmedos para sembrar coca, mas las que se han erradicado, es toda una catástrofe ambiental sin precedentes. Tanto la producción como la comercialización de cocaína, ha generado que se estructuren de nuevo muchas bandas criminales que velan por la seguridad del alcaloide con incidencia directa en la inseguridad del país.

Adicionalmente todo el producido de la venta de la cocaína ya no llega al país, casi toda se queda en el exterior y muy poca se devuelve convertida en contrabando en su mayor parte o en contenedores de productos chinos que son la gran competencia de la Industria local. Todo lo que tiene que ver con la cocaína se vuelve maldito. Ni sembrar coca, ni vender cocaína aporta nada al PIB.

Me parece que enfocar la solución de la siembra de coca en el uso del Glifosato para erradicar los cultivos es todo un sofisma de distracción. Es tal la demanda, que con seguridad los narcotraficantes una vez vean que el Glifosato les está haciendo mella, buscaran más lugares para deforestar y sembrar.

Tampoco creo que la absurda propuesta de legalizar la cocaína sirva para algo. ¿A quien le venderían la cocaína legal?

Es necesario que el Presidente se enfoque en plantear un gran pacto mundial de países productores y consumidores para lograr regular este producto. El problema es de oferta y demanda, con graves incidencias sociales, y eso específicamente no se está atacando por ningún lado.

El segundo grave problema que enfrenta Iván Duque es la migración de venezolanos. Con sentido humanitario el presidente abrió toda la frontera colombo-venezolana sin visualizar ni proyectar sus consecuencias. Sin lugar a dudas la inmigración ha sido factor fundamental para que el desempleo ya este cercano al 11% y con tendencia al alza.

Los inmigrantes venezolanos están desplazando a los trabajadores colombianos de más bajos recursos. Contratar venezolanos a la mitad del costo resulta atractivo para el comercio, para la industria y para todo el sector productivo. Muchos son los costos que se ahorran. No nos digamos mentiras ahorrarse la seguridad social, el subsidio de transporte, cesantías, etc. en la crisis económica que vive el país es una alternativa económica que muchos están escogiendo y es una verdad de a puño.

Como si esto fuera poco el espectáculo de venezolanos en todas las esquinas del país y en los buses, pidiendo limosna, con niños desnutridos ya tomo características dantescas. Los cinturones de miseria de los tugurios del país han engrosado sus filas. Lejos está el Presidente de tomar medidas con relación a esta inmigración que tampoco nada bueno le está trayendo al país y eso es muy preocupante.

En la última apertura de frontera por parte de Nicolás Maduro todas las puertas de las cárceles fueron abiertas y el destino de los presidiarios fue nuestro país. Solo ver los crecientes indicadores de inseguridad constatan la gravedad de la situación.
Ya Ecuador, Perú y Chile tomaron medidas para soliviar la situación pidiendo visa a los venezolanos, convirtiendo a Colombia en la única alternativa de refugio de los desplazados de la tiranía venezolana, situación que acrecienta y le da una magnitud de emergencia social a la problemática.

¿Que espera el presidente Iván Duque para tomar medidas en el asunto?

El otro grave problema que afecta la gobernabilidad del país es la Polarización que vive Colombia. El derecho del ciudadano a pensar diferente es legítimo, la gente tiene derecho a ser de derecha, de izquierda, de centro centro o con sus respectivas mezclas. Allá cada cual con sus criterios. A lo que no tiene derecho la gente es a argumentar que pensar diferente es sinónimo a estar equivocado.

En ese error incurrimos con frecuencia y más en una sociedad tan manipulada políticamente como la nuestra. Los argumentos ideológicos son todos respetables, son puntos de vista diferentes, son apreciaciones de la vida y del entorno distintos y en eso jamás nos vamos a poner de acuerdo.

Cada persona es un mundo aparte, es la esencia del ser humano, somos similares pero muy distintos. Tenemos orígenes genéticos específicos, nacimos en entornos diversos, con otras costumbres y bajo condiciones socioeconómicas diferentes. En consecuencia, cada ser humano es un mundo diferente, piensa diferente y esa premisa es una condición sine qua non
Independientemente de que seamos completamente diferentes, como seres humanos que vivimos en sociedad y como único recurso para poder sobrevivir, existen condiciones que tenemos que aceptar y acatar, que son las reglas y las leyes que se han constituido en el entorno comunitario y para eso se creó la constitución.

Acatarlas y aceptarlas tampoco nos hace iguales, ni tiene porque hacerlo, pero eso nos permite vivir adecuadamente en sociedad y esa es otra premisa y condición sine ecua non.
La polarización está respondiendo entre otras muchas razones a actuaciones absurdas y contrarias a derecho de los poderes del estado. El poder Judicial está prevaricando en muchas de sus actuaciones, el ejecutivo le acata todo y el legislativo ratifica el exabrupto con más leyes que reafirman esta condición.

En esa dialéctica absurda e incompresible nos la pasamos en Colombia y cada día son más notables e ilógicas las noticias. ¿Para que entonces elegimos presidente a Iván Duque 10.300.000 colombianos? ¿Para aceptar que todo lo insólito se debe acatar?

Como bien decía José María Gil Robles “Las instituciones republicanas no precisan de un jefe constitucional que las defienda, sino de un hombre enérgico que las restaure”.

Seguimos esperando el carácter que el Presidente Iván Duque esgrimía en campaña.

Con carácter se hace mucho, muchísimo y la mejor prueba es lo que ha hecho para su país el Presidente de Estados Unidos de Norteamérica, Donald Trump, en contravía de todos los pronósticos.

@PoliticaPuntual

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Redacción Minuto30

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