Las elecciones para congreso y lo que se viene

Este domingo que pasó, 11 de marzo de 2018, se llevaron a cabo las elecciones para elegir el candidato de la llamada Coalición por Colombia, que ganó con una cantidad muy importante de votos Iván Duque, y el de la Inclusión por la Paz, que resultó ser Gustavo Petro; también se eligieron congresistas de la república (senado y cámara de representantes) y a excepción del partido verde, que pasó a tener 10 senadores y de la lista de la decencia, que apoya a Petro, que logró 4 curules en la misma corporación, los restantes asientos quedaron en manos de los partidos tradicionales: Centro Democrático, Conservador, Liberal y Cambio Radical. Esta elección es importante, no solo porque en este país a diferencia del vecino Venezuela, sí se ejercen elecciones libres y la gente puede hacerlo por el candidato de su preferencia y no por el que le imponga el gobierno de turno, porque dispone de un abanico muy diverso de donde se puede escoger el candidato que más se identifique con su forma de pensar o porque le atraen sus propuestas, sino además lo es porque se medían fuerzas, en esta ocasión de dos vertientes muy distintas de ver el país y por ende de gobernar.

En número de votos fue más alta la votación que obtuvo la consulta de la centro derecha que ganó el ahora candidato presidencial Iván Duque; la de la izquierda obtuvo un número significativo de votos que se constituyen en un buen arranque para Gustavo Petro, auque a juciio de algunos opinadores y analistas politicos, llegó a su tope, lo cual quiere decir que no es fácil que en las presidenciales obtenga un porcentaje de votos muy superior al del domingo pasado. Queda claro entonces que adiconal a los mencionados candidatos se unen a la contienda Germán Vargas Lleras, Sergio Fajardo y Humberto de la Calle Lombana y uno de ellos será el próximo presidente de Colombia.

Es indiscutible que las elecciones para elegir congresistas de la república, si no de manera definitiva y determinante, sì mostraron cómo será el comportamiento de los colombianos a la hora de tomar la decisión de elegir presidente de la república. Los resultados del domingo son contundentes en indicar que la mayoría de los colombianos se inclina por una opción de centro derecha, lo cual significa que se quiere que quien tome las riendas del país preserve el estado de derecho, las garantías y derechos fundamentales, la economía de mercado y que busque y de soluciones a los crónicos problemas que aquejan el país desde hace muchos años: vivienda, salud, justicia, entre otros.

Por el contrario, puede afirmarse que la opción de izquierda, representada por uno de los candidatos que ganó la consulta de su partido, no es la que quieren los colombianos en su gran mayoría, pues se tiene claridad que con un candidato que pueda darle o intente darle un vuelco al modelo social y económico del país, se generan temores entendibles y es mejor no jugar ni arriesgar todas las ventajas que una democracia imperfecta como la colombiana ofrece. Se habla de dos opociones de centro, pero la verdad es que la que representan Humberto de la Calle y su candidata a vicepresidenta, Clara López, tiene tintes de izquierda, pues hay que olvidar que la mencionada candidata proviene de las entrañas del Polo Democrático; a su turno, la candidatura de Sergio Fajardo, ofrece que va de frente contra la corrupción y que necesitamos reconciliarnos, nada más.

La verdad es que quien debe ser presidente de Colombia, no debe llegar con revanchismos, debe respetar el sistema democrático imperante y mejorarlo, ofrecer soluciones reales y materiales a los problemas de millones de colombianos como empleo, vivienda, salud, no incrementar más los impuestos y no llegar a ensayar fórmulas que no conocemos o que no han dado resultados en otras partes y no creer que de la falsa paz vive la gente, decir que debe respetarse el acuerdo con la guerrilla y buscar la reconciliación, que no es otra cosa que perdondar de un todo y por todo a quienes por décadas cometieron los peores delitos y quedaros callados frente a todo lo que les quieran dar, es una visión muy corta de la realidad del país y sobre todo, creer muy ignorantes a los electores.