En 1886, cuando  se aprobó la Carta Política que nos trajo de regreso a la República Unitaria, los colombianos consideraron para entonces que los cambios que reclamaba el país ya estaban hechos. Sin embargo, fue necesario convocar a una Asamblea Nacional Constituyente, en 1910, para  que le hiciera los ajustes institucionales a la Constitución del 86.

La otra Carta.

En 1991, cuando se aprobó la nueva Constitución Política, se hizo la paz con el M-19 y se crearon instituciones. De nuevo los colombianos llegaron a considerar que la sola Carta era suficiente para el logro de la paz y del cambio en las costumbres políticas. No obstante, Colombia sigue viviendo serios conflictos sociales y adolece de graves problemas institucionales que procedemos a enumerar.

Los puntos neurálgicos:

1). Un conflicto armado permeado por el narcotráfico, el secuestro, el reclutamiento de niños y graves daños al sistema ecológico.

2). La debilidad de la justicia y la impunidad reinante por cuenta de la politización de la misma  y la judicialización de la política, convirtiendo los extramuros de la cárcel de La Picota en otro vergonzoso “congresito”.

3). La existencia de un sistema político parasitario y corrupto, que coarta el control político, coopta a los opositores y lidera penosamente los sondeos sobre las instituciones más desacreditadas del país.

4). La contaminación y degradación del sistema electoral en donde, según denuncias de fuentes responsables, las elecciones se compran y se venden y el propio Registrador anuncia por anticipado el fraude. Otrosí: la existencia de sistemas paralelos como el Consejo Nacional Electoral y la propia Sección Quinta del Consejo de Estado que desempeñan funciones semejantes.

5).El sistema de financiación de las campañas electorales en manos de los llamados “carruseles de contratistas” que todo lo permean.

6). El bajo nivel de los magros ingresos de una clase trabajadora empobrecida. Mientras tanto, las pensiones más cuantiosas las detentan impunemente los magistrados de las altas Cortes y los congresistas.

7). Los bajos niveles de los indicadores del Desarrollo Humano como la esperanza de vida, la educación y los salarios envilecidos ante la carencia de empleo digno.

8). La indiferencia oficial con la salud, la educación y el deporte.

9). El poco interés con los salarios de nuestras Fuerzas Militares y de Policía.

En síntesis.

Son estos desajustes, entre otros, los que reclaman una deliberación amplia, franca y legitima cuyo único escenario podría ser una Asamblea Constituyente que, al estilo de la de 1910, incorpore a los actores y a los temas que se quedaron por fuera en la Carta Magna del 91. Toda Colombia espera que estos temas no se queden olvidados en el fondo del abismo y que no sea por cuenta de las encuestas y de la reelección, que son el único motivo que tiene el presidente Santos, para quien si a él le va bien en las encuestas, al país le va mucho mejor.

Papel de la Calle.

El barquero se pregunta cuál es el papel de Humberto en Cuba. Defender la Constitución o atajar las reformas.

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Redacción Minuto30

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