Estaba cantado. Era previsible. Solo hacía falta que se abrieran las puertas de la celda del narcotraficante alias ‘Jesús Santrich’ para que él emprendiera la fuga hacia Venezuela, desde donde retomaría, junto a ‘Márquez’ y ‘El Paisa’, el control de las redes de narcotráfico de las Farc, redes que valga decir Santos no quiso desmantelar cuando firmó el cacareado “mejor acuerdo posible” con la guerrilla.

La JEP es la responsable única de que ‘Santrich’ esté libre y gozando de la capacidad de amedrentar y atemorizar a la sociedad colombiana, con el apoyo y la complicidad de la dictadura venezolana, en cabeza de Nicolás Maduro.

No podemos olvidar que tres magistrados de ese tribunal, fueron los creadores del artilugio jurídico que desembocó en la indignante liberación de ‘Santrich’, quien fue capturado con fines de extradición, luego de que la justicia de los Estados Unidos pudiera comprobar que él estaba participando activamente en el envío de un cargamento de 10 toneladas de cocaína hacia ese país.

No comparto las voces de quienes dicen que el presidente Duque se equivocó al no haber extraditado a ‘Santrich’. Colombia es un Estado de Derecho y las normas y procedimientos que regulan la extradición obligan a que el presidente puede entregar a alguien ante la justicia de otro país, siempre y cuando se hayan cumplido unos requisitos que no estaban satisfechos en el caso de ‘Santrich’.

Así que no es aceptable que alguien sugiera siquiera que el primer mandatario debió entregar a ‘Santrich’, violando las leyes.

La historia de nuestro país nos ha enseñado que ningún criminal ha podido salirse con la suya. Tarde o temprano, todos han terminado cayendo, al margen de su “poderío”.

En la década de los 60 del siglo pasado, el ejército ubicó y dio de baja a José William Aranguren, conocido con el alias de ‘Desquite’. Era, sin duda uno de los delincuentes más peligrosos de nuestro país. Otro bandido de la época, Jacinto Cruz, alias ‘Sangrenegra’, también fue enfrentado por nuestros soldados en 1964.

En 1965, el peor delincuente de los años de La Violencia, Efraín González fue abatido en el sur de Bogotá, luego de un combate cinematográfico que duró varias horas.

Conocemos ampliamente cuál fue la suerte de casi todos los miembros de los carteles del narcotráfico que azotaron a Colombia a finales del siglo pasado.

La conclusión es que el Estado, ese mismo que logró dar de baja a ‘Raúl Reyes’, ‘Alfonso Cano’ y al ‘Mono Jojoy’, siempre gana las partidas. Y alias ‘Jesús Santrich’ no será la excepción.

Sus amenazas contra el presidente Duque son inaceptables. Pero además de la indignación que ellas producen, son la evidencia incontrastable de que Venezuela debe ser sancionada internacionalmente por ser un Estado protector del terrorismo.

No puede ser que la dictadura del vecino país permita que en su territorio opere una estructura delincuencial, dedicada al tráfico de estupefacientes, cuyos cabecillas, además, se dedican a lanzar amenazas contra la vida del presidente de la República de Colombia.

‘Santrich’ se siente a salvo. El tiempo nos dirá quién es más fuerte, si él o nuestro país.

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Redacción Minuto30

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