Los humoristas de “Sábados Felices” fueron invitados por el gobernador de Nariño, Antonio Navarro Wolf, a jugar un partido en Pasto, para colaborar con alguna obra social. Viajando entre el aeropuerto local y la ciudad, la tranquilidad del elenco fue interrumpida abruptamente por una lluvia de bombas y el estallido de varios artefactos. El ruido de las balas pronosticaba una tragedia.

Por Edgar Artunduaga

El flaco Agudelo, Hugo Patiño, Doña Barbarita y Alerta, entre otros, buscaron afanosamente refugio detrás de los árboles cercanos y las piedras más grandes que lograron encontrar. La gorda Fabiola, que constituía un estorbo para el afán egoísta de salvarse cada quien, fue abandonada en el sitio. Nadie quiso cargarla y ella quedó paralizada por el susto.

Todos esperaban el tiro de gracia o la aparición de los guerrilleros o delincuentes que –pensaban- podrían inicialmente secuestrarlos.

Fueron pocos minutos, pero suficientes para sentirse transportados al más allá. Mientras unos permanecían tirados en el pasto o escondidos, otros ya se habían puesto de rodillas, con los brazos en forma de cruz, pidiéndole a Dios perdón por sus vidas e indulgencia por sus pecados.

Estaban en esas…cuando salió de un escondite Navarro Wolf, sin la pata de palo que utiliza para su movilización (tras un atentado criminal) y les gritó: ¡Pásenla por inocente!.

El anterior 28 de diciembre recordamos el asunto con César Corredor (Barbarita) y Navarro, quien asumirá funciones como Secretario de Gobierno de Bogotá.

-Qué pena, fue una broma muy pesada, en desquite a todos los chistes que nos hacen a los pastusos, se justificó.

Patiño, en medio del pánico de ese día, le sentenció a Navarro que una plaga enorme de gorgojos acabaría con su pata de palo, como castigo por semejante chanza, de la cual todavía no se reponen.

El partido no se pudo jugar el día previsto, porque todos estaban enfermos del estómago.

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Redacción Minuto30

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