La triste y dolorosa vida de Julia, “la mujer más fea del mundo”

Julia Pastrana/ Tomada de Infobae

Esta es la historia de Julia Pastrana, una mujer mexicana que viajó por todo el planeta, pero no precisamente para disfrutar y conocer, sino para ser burlada y humillada por millones de personas que compraban entradas para verla en un circo.

Desde temprana edad, Julia comenzó a llevar este estilo de vida, como relata el portal Diario Correo, y siempre fue conocida como “la mujer mono” o la “mujer más fea del mundo” por su apariencia.

Sin embargo, ahora las organizaciones pretenden que la mujer sea vista como artista, que vivió de su talento y dentro de un circo.

Ricardo Mimiaga reveló a Infobae que la chica bailaba y cantaba en varios idiomas. “Es justo que se le reconozca como una digna representante del género femenino que padeció la discriminación y que no sólo sea recordada como un fenómeno, como la mujer más fea del mundo”, declaró Ricardo, quien pretende realzar la vida de esta mujer.

Julia medía 1,37 metros y sus primeros 4 años en una cueva, pues su familia la abandonó… Padecía una enfermedad conocida como hipertricosis lanuginosa, la cual se caracteriza por la aparición de pelo largo en todo el cuerpo, además de una malformación en la mandíbula, cosa por la que la llamaban simio.

El historiador contó también que, Pedro Sánchez, el gobernador de Sinaloa, lugar en donde nació la mujer, la convirtió en su trabajadora doméstica, hasta que llegó el momento en que se les ocurrió exhibirla en un circo.

Sin embargo, Theodore Lent se adueña de Pastrana y se la lleva para casa, pero su intención, era tenerla como esclava en Estados Unidos.

El hombre ganó mucho dinero, y hasta vendía tiquetes para que las personas la vieran comer. Tras esto, tomó la decisión de llevarla a Europa y allí le dio un recorrido por Polonia, Austria, Alemania y Reino Unido.

La mujer quedó en embarazo de un supuesto marido, y el pequeño nació con la misma enfermedad pero murió a los pocos días, al igual que Julia, por el embarazo que llevó.

Pero Lent, decidió vender los cuerpos a un científico y exhibieron los cadáveres.

En 1976 México pide que el cuerpo de la mujer sea trasladado, pero ya le faltaba un brazo, y el cuerpo de su hijo fue devorado por las ratas.