Roma, 17 nov (EFE).- Italia concluyó hoy la primera jornada de una serie de huelgas, divididas por sectores y regiones, para protestar contra los Presupuestos del Gobierno de la primera ministra, Giorgia Meloni, y que han derivado en un enfrentamiento entre el Ejecutivo y los sindicatos por los datos de participación y la limitación de las horas de paro.
Según los dos sindicatos mayoritarios convocantes, la CGIL y UIL, la adhesión ha sido de más del 70 %, principalmente en el centro del país, que concentraba la mayor parte de convocatorias, aunque el Gobierno, por su parte, celebró la "poca participación" de la protesta.
Por su parte, CSIL, una de las principales organizaciones sindicales italianas y de origen democristiano, no se sumó a la protesta.
"Matteo Salvini expresa su gran satisfacción por el número de participantes en la huelga de hoy, con poca participación partiendo del sector del transporte", indicó en una nota el gabinete del ministro de Transportes y vicepresidente del Gobierno italiano.
Para los sindicatos, la convocatoria fue especialmente seguida en el sector de transportes, donde hubo picos de adhesión del 100% en algunos sectores como los puertos y de hasta el 80 % en logística mientras que en el transporte público de cercanías y el ferroviario, mientras que la adhesión media también fue del 70 %.
Esos datos contrastan con los facilitados por el Ministerio de Transportes, que aseguró que hubo tráfico regular en la red local y una adhesión a la huelga en torno al 5 %, además de ninguna cancelación en la red de alta velocidad.
Durante toda la semana, los sindicatos acusaron al Gobierno de impedir el derecho a huelga después de que Salvini obligará a limitar el paro de ocho a cuatro horas en el sector de los transportes, aduciendo que era para proteger a los ciudadanos.
"No podemos y no queremos detenernos hasta que no obtengamos resultados. Hacemos huelga porque no queremos que el país colapse por culpa del Gobierno. Defendemos el país e impugnaremos las limitaciones en las sedes oportunas", protestó el secretario general del CGIL, Maurizio Landini, desde el palco de la concentración en la céntrica Piazza del Popolo de Roma.
Con el lema de ¡Ahora basta!", la CGIL y la UIL convocaron la huelga para pedir "aumentar los salarios, ampliar los derechos y contrarrestar una ley presupuestaria que no detiene el dramático empobrecimiento de los trabajadores y trabajadoras, de los jubilados y pensionistas y no ofrece un futuro a los jóvenes" .
Aunque en lugar de hacer un parón general, diseñaron una serie de protestas en varias jornadas repartidas por las diferentes regiones del país.
La convocatoria de hoy afectaba sobre todo a la regiones centrales, mientras que el 20 de noviembre será en Sicilia, el 27 será el turno de Cerdeña y el 24 de noviembre la huelga de 8 horas o turno completo afectará a todos los trabajadores de las regiones del norte.
Además, también estaban llamados a detener su actividad a nivel nacional los funcionarios y los empleados de los transportes, la enseñanza, la investigación y los servicios de mensajería.
Las centrales sindicales organizaron cerca de 100 manifestaciones en todo el país, a la que se sumaron también estudiantes, en varias ciudades como Florencia, Milán o Roma, donde unas 60.000 personas se concentraron, según los organizadores.
"Queremos dar a Italia un futuro, que pasa por el futuro de los jóvenes, que a su vez pasa por el trabajo decente. El gobierno debería abordar esta cuestión", añadió Landini.
Meloni, por su parte, prácticamente ignoró la convocatoria y programó un viaje a Croacia durante la huelga.
"Puedo decir poco porque la huelga general contra los Presupuestos se convocó en verano, cuando ni siquiera los había pensado", declaró a la prensa tras asegurar que tenía "gran respeto por los derechos de los trabajadores".
El Gobierno aprobó unos Presupuestos para el próximo año con medidas por valor de alrededor de 24.000 millones de euros que contempla recortes en los impuestos del trabajo, pero que para los sindicatos no son suficientes para solucionar los problemas de los ciudadanos cuando los precios siguen subiendo.
Por: EFE