La política del terror

¿El requisito para hacer parte de estas campañas electorales es atacar, atacar y atacar?

Las elecciones presidenciales que se llevarán a cabo en unas semanas están llenas de odio, por parte de los candidatos y de sus seguidores. Pensemos por un momento la manera la que se está haciendo política en el país, el panorama electoral es en realidad un campo de batalla, una “guerra” para definir quién se quedará con el puesto del presidente.

Es una política del miedo y quienes implantan ese temor en nosotros pretenden mostrarse como los salvadores, los héroes de la patria, la única solución a todas nuestras desgracias como colombianos.

Estamos a contados días de unas elecciones que tienen un panorama reñido, pues el supuesto montaje de las mujeres en bikini que le hacían campaña a Vargas Lleras en Santa Marta, las acusaciones constantes entre Petro y Duque, el retiro de Viviane Morales de las elecciones, los trinos de Claudia López o Álvaro Uribe son algunas de las noticias que nos han dado de qué hablar en el país y que han venido fortaleciendo la decisión política que los ciudadanos tomarán el 27 de mayo en las urnas.

Implantar miedo no está bien, tampoco digo que vivamos en el paraíso y que nuestro país no necesite prontas soluciones. Lo que quiero mostrar, es que hacer política a costas de terror no es correcto, así como tampoco lo es prometer cosas imposibles como locos para obtener votos.

Ya las campañas están a punto de culminar su primera etapa y pedirles a los candidatos que las cambien es imposible, lo único que podemos hacer es salir a votar este 27 de mayo a conciencia y no dejar que alguien nos diga por quién votar, para ello debemos consultar las propuestas de los candidatos, analizar si son posibles, recuerde que no todo lo que brilla es oro y prometer es fácil, lo difícil es cumplir esas propuestas.

El abstencionismo no puede ser el protagonista de las elecciones presidenciales, así como lo fue en Cartagena el pasado 6 de mayo donde el 77% de las personas decidieron no salir a las urnas para las elecciones de alcalde; una cifra en verdad alarmante para la democracia. Pues ese 23% que sí salió a votar, fueron quienes decidieron por toda la ciudad que Antonio Quinto sería el alcalde.

La decisión es suya, vote por quien considere mejor, infórmese de las propuestas y si no está de acuerdo con lo que dicen los candidatos, vote en blanco ¡Pero vote! el país definitivamente necesita saber su elección.