La Piloto

La Piloto, como la llamamos cariñosamente, fue una realización de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO, creada para impulsar la idea del montaje de bibliotecas públicas en todo el mundo.

La Biblioteca Pública Piloto fue la segunda creada en el año 1952, la primera fue en la India 1951, y de ahí su slogan: de Medellín para América Latina. La gestión de la biblioteca pública comienza en Florencia Italia, en la quinta conferencia general de la UNESCO, autorizando al director general para participar en una conferencia regional en América Latina.

La propuesta era crear una Biblioteca Piloto en el hemisferio Occidental teniendo países interesados como Brasil, Cuba, Guatemala y Colombia, que pedía ser sede del proyecto. Colombia fue escogida y Medellín fue la ciudad ganadora.

La fundación de la Biblioteca Pública Piloto de Medellín para América Latina se acordó en Paris el 10 de noviembre de 1952 en documento firmado por José Manuel Mora Vásquez, delegado permanente del país ante la UNESCO, en representación del gobierno de Colombia y por el entonces director General de la Unesco Jaime Torres Bodet.

Posteriormente, a la creación de la Piloto surgió la Luis Angel Arango del Banco de la República y se fomentaron casas de cultura, incluyendo espacios para bibliotecas. Surgieron iniciativas en los planes de desarrollo municipal como la creación de la Biblioteca Virgilio Barco y Julio Mario Santodomingo en Bogotá, y en Medellín la Biblioteca Empresas Públicas.

La Piloto es uno de los hechos culturales más representativos realizados por una organización mundial en un país como lo referencia la propia reseña bibliográfica. La Piloto ha sido y será el referente cultural más importante de la ciudad que se ha trasformado de ciudad parroquial a urbe innovadora. La Piloto, un centro cultural de vida propia con un promedio de visitas de 120.000 mil usuarios mes. La Piloto con sus talleres de escritores, desde su creador Manuel Mejía Vallejo, sus publicaciones y sus salas de exposiciones repletas de visitantes dan cuenta del gran valor agregado que en tantos años ha generado como motor y promotor cultural para barrios y corregimientos de la propia ciudad y modelo para copiar en otros países del sur de américa.

El 25 de octubre de 1954, se registra Lucio Calle, como el primer lector registrado en la base de datos. La Piloto, un centro cultural de la ciudad.