El panel "Historia de Colombia en discos", se realizó junto al melómano Javier Beltrán, durante la edición XXXII de la Feria Internacional del Libro de Bogotá (Filbo). EFE

El panel «Historia de Colombia en discos», se realizó junto al melómano Javier Beltrán, durante la edición XXXII de la Feria Internacional del Libro de Bogotá (Filbo). EFE

El periodista Santiago Rivas destacó la influencia de la música como parte de la identidad colombiana durante el panel «Historia de Colombia en discos», que realizó junto al melómano Javier Beltrán, durante la edición XXXII de la Feria Internacional del Libro de Bogotá (Filbo).

Para Rivas existen muchas canciones que podrían hablar de la identidad de Colombia, pero la composición más representativa del país es su himno nacional, símbolo patrio escrito por el expresidente Rafael Núñez y compuesto por el italiano Oreste Síndici.

«Cada vez que hablamos del himno de Colombia, de la que suponemos es la canción que nos representa, nosotros (…) estamos huyendo de nuestros símbolos patrios oficiales, y eso es una cosa buena y al mismo tiempo mala», agregó Rivas.

La discusión sobre la apropiación del himno nacional y la forma en que este representa en ocasiones la esencia del colombiano fue la pista que abrió paso a ritmos como el bambuco, la contradanza, el pasillo y del caribe, entre otros.

Además, canciones como «La libertadora» y «La vencedora», contradanzas compuestas en el siglo XIX, narran los triunfos de los enfrentamientos que libraron al país del control español y el papel de Simón Bolívar en la Batalla de Boyacá en 1819.

Beltrán aseguró que los ritmos caribeños tomaron protagonismo en las últimas décadas después de un periodo en el que durante siglos se negaron «nuestras raíces indígenas, nuestras raíces negras, pero ahora nos gusta de un momento, todo».

Es de esta forma que, afirma Beltrán, nacieron los sonidos de la cumbia, el porro y vallenato, convirtiéndose en embajadores de la cultura colombiana y parte de las fiestas populares.

Para la dupla, la música colombiana empezó a crecer en la década de los 60, cuando los ritmos tropicales y caribeños fueron industrializados por empresarios del departamentos de Antioquia (noroeste).

«Medellín se convirtió en la capital principal de la música (…) gracias a artistas como Rodolfo Aicardi, la agrupación Los Hispanos, Fruko y sus Tesos, los Corraleros de Majagual, Los Graduados, y todo eso (por) Discos Fuentes», acotó Rivas.

Discos Fuentes nació en Medellín en 1934 y es conocida por ser el sello musical de los principales artistas del país como el cantante Joe Arroyo, el venezolano Pastor López y el pionero del vallenato Alejandro Durán, entre otros.

Según Rivas, la música afro se vio representada con el Grupo Niche, liderada durante gran periodo por Jairo Varela y que a finales del siglo XX interpretó a través de la salsa ese ritmo del occidente colombiano.

«Para mí Niche es la construcción de esa historia real, cuando en los 80 todavía existía una diferencias de clases», afirmó Rivas.

El coloquio finalizó con una recopilación de canciones contemporáneas como «La Tierra del Olvido», de Carlos Vives; «Conexión Colombia», de la banda de rock Arterciopelados, y «El Santo Cachón», de Los Embajadores Vallenatos, que considera «no son himnos oficiales de Colombia».

«Historia de Colombia en discos» hace parte de la franja «¡Que viva la música!», con la que los organizadores de la Filbo hacen un homenaje al escritor colombiano Andrés Caicedo, quien falleció en 1977 a los 25 años. Bogotá, 26 abr (EFE)

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