Por: Santiago Preciado Gallego – Con sorpresa leí las declaraciones del expresidente del Congreso y actual precandidato a la Gobernación de Antioquia, Juan Diego Gómez, quien en diálogo con un medio de comunicación señaló algunos asuntos que quiero clarificarle sobre la Medellín Futuro.

Primero, nosotros no sembramos el odio en Antioquia. Por el contrario, en cada comuna y corregimiento trabajamos con amor por aquellas personas que nunca se vieron representadas en muchos de los gobiernos anteriores, que fueron olvidadas desde lo social, lo económico, lo político y lo académico por esos alcaldes que nunca miraron el Norte de la ciudad y otras zonas que nosotros sí atendimos.

Un ejemplo de ello es la Biblioteca España, que estamos reconstruyendo, o el desastre que nos dejaron en Hidroituango y al que nosotros le prestamos atención para que operara y le generara riqueza a Medellín y Antioquia. De igual manera, el apoyo a los emprendedores, la primera infancia, la atención en salud, el fortalecimiento de liderazgos y muchas otras acciones en pro de quienes menos tenían y más lo necesitaban. ¿Eso es sembrar el odio?

A diferencia de otras administraciones que se dedicaron a despilfarrar los recursos en publicidad, nosotros generamos un paquete de incentivos tributarios buscando la reactivación económica y fomentamos la inversión de capital, siempre pensando en el bienestar social y la generación de empleo. ¿Es sembrar el odio reducir el desempleo y haber logrado la mejor reactivación económica del país de la mano de los comerciantes y empresarios?

Esto lo hemos hecho de la mano del tejido social y empresarial, pues cabe aclarar que las empresas antioqueñas no solo están en la pequeña élite empresarial del GEA, que dirigía la ciudad en pro de sus intereses y no del bien común. Hay muchos emprendedores, asociaciones, agremiaciones y corporaciones por fuera de ese pequeño mundillo y que le aportan mucho más a la grandeza de Medellín y Antioquia.

Esto nos ha llevado a que Medellín sea la tercera mejor ciudad en el mundo para los turistas, los nómadas digitales y demás personas que buscan oportunidades en las 16 comunas y cinco corregimientos. No se puede confundir el odio de clases con tratar de ocultar actos que tienen en la mira a políticos y empresarios que trabajaron en Hidroituango por el interés de ellos mismos.

Además, es incoherente señalar que EPM está en riesgo cuando, hace pocos días, se publicó que nuestras empresas públicas tuvieron ingresos por $9 billones.

Tampoco está bien visto que se hable de improvisación cuando hemos cumplido con el Plan de Desarrollo Medellín Futuro pese a la pandemia, al estallido social, a la crisis del dólar, a la inflación, a la crisis de la cadena de logística a nivel nacional y mundial y, con todo ello, fuimos premiados como el mejor Plan de Desarrollo del país en medio de la mayor crisis de salud que ha vivido la humanidad en el último siglo.

De igual manera, me parece preocupante al decir que personas de otras regiones no puedan venir a trabajar a Medellín ¿Acaso no hay antioqueños haciendo patria en Estados Unidos, Europa, Asia y otros lugares del mundo? ¿Acaso en Bogotá no hay paisas ocupando cargos de renombre nacional? Esas afirmaciones son racistas, xenófobas y desconocen el talento de las personas, la capacidad de unión que tenemos los colombianos y la necesidad de diversas miradas para construir un mejor futuro.

En esta administración nos hemos sentado con todos los sectores, hemos abierto las puertas del diálogo y emprendido la construcción de la Medellín Futuro, porque nuestro interés es la ciudad, saldar deudas históricas y seguir haciendo de esta tierra un referente para Colombia y el mundo.

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Minuto30 Agencias

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