Según un estudio realizado por la London Business School y la Universidad de Florida, hecho en Alemania y Estados Unidos,  a la mujer le conviene pesar menos de la media para cobrar más y por el contrario, si es hombre el mercado le premiará si tiene sobrepeso.

El mercado premia la anorexia femenina y la obesidad masculina

El artículo empieza con dos frases para la Historia: “Nadie que es esclavo de su cuerpo es libre”, del filósofo hispanorromano Séneca, y “Es prácticamente imposible alcanzar el ideal de belleza de una mujer”, del antropólogo de la Universidad de Emory (en Atlanta) Peter Brown. Y la conclusión, espectacular: los gordos y las delgadas cobran más.

El mercado penaliza más a las gordas que a los delgados

Si un hombre estadounidense pesa 11,4 kilos menos de lo que le corresponde, gana 5.770 euros anuales menos que lo que le sería a su nivel salarial normal.  Si el hombre, sin embargo, pesa 11,4 kilos más, gana 5.314 euros más que sus compañeros de peso adecuado.

En otras palabras: esa diferencia de 22,8 kilos vale al hombre 11.084 euros anuales. Aplique eso a una vida laboral y no se lo piense dos veces: baje a la calle y póngase a comer como loco.

Los ingresos adicionales—al menos en EEUU—le permitirán pagar el seguro médico que le trate de la hipertensión, colesterol, etcétera. Y en Europa pondrán más presión sobre la Seguridad Social de su país.

En las mujeres pasa lo contrario. Una trabajadora que pese 11,4 kilos menos que lo que le correspondería a su estatura, cobra 10.650 euros anuales menos que si tuviera el peso adecuado. La diferencia de 22,8 kilos vale a la mujer 20.120 euros, un espectacular 88,9% más que al hombre.

Esto demuestra que el peso corporal se convirtió en una nueva forma de discriminación, pero es mucho más evidente en el plano femenino, donde unas libras de más son penalizadas.

Esta investigación sustenta la teoría y entrega las pruebas en torno a que  «con el peso se aplica la ley del embudo » mostrando la doble moral con que se miden los géneros.

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