Esta es la historia de Chastity Patterson, de Newport (EEUU), una chica que siendo adolescente perdió a su padre. Su dolor fue tan grande que buscó la forma de estar comunicada con él escribiéndole todos los días mensajes de texto a su número de celular. Mostró una increíble disciplina y tenacidad tratando de no perder imaginariamente la comunicación con su papá.

Pero hace pocas semanas, la joven le escribió como era su rutina y a un día de que se cumpliera el cuarto aniversario de su fallecimiento. “Hola, papá, soy yo. ¡Mañana será un día duro de nuevo! Han pasado cuatro años desde que te perdí y no pasa un día sin que te extrañe. Han ocurrido muchas cosas en mi vida desde que partiste. Vencí un cáncer, me gradué con honores en la escuela secundaria, superé una decepción amorosa, y perdí a casi todos mis amigos; pero me enamoré de nuevo y esa persona me “salvó”.

Agregó que todavía no tenía hijos y que, si bien eso le alegraría a él, está preparada para dar ese paso. Pero eso sí le confesó que tenía temor de casarse, comentándole: “Tengo miedo de casarme porque tendré que caminar ese largo pasillo sola y tú no estarás para decirme que todo estará bien”. La joven se despidió diciéndole que lo amaba y que lo extrañaba demasiado.

Pero inesperadamente a los pocos minutos recibió una respuesta: “Hola admirada Chastity, un fraterno y amoroso abrazo”. Era un hombre que le decía que, por supuesto, no era su papá pero que durante los últimos cuatro años había recibido sus mensajes de texto. Además, le contó una tragedia que él también vivió hace unos años:

“Me llamo Brad y perdí a mi hija en un accidente de tránsito en agosto del 2014, y tus mensajes me han mantenido vivo, me han dado la fortaleza para asumir esta pérdida irreparable. Cuando escribes y recibo tus textos, sé que es un mensaje de Dios”.

El hombre añadió que si bien quería responderle hace mucho a sus mensajes, no quería romperle el corazón. Asimismo, le manifestó que era una “mujer extraordinaria” y que le habría gustado que su hija se convirtiera en la mujer que ella es.

“Gracias por todas tus actualizaciones, me haces recordar que hay un Dios y que no fue mi culpa que mi pequeña niña se fuera. Él me hizo llegar a ti, mi pequeño ángel, y sabía que este día llegaría”, le indicó él. Luego, le expresó que sentía mucho que haya perdido a su papá y que estaba “muy orgulloso” de ella. Al final, le dijo que su papá debe estar muy feliz de que todavía no haya tenido hijos y de que, más bien, hubiera adoptado un perro.

La chica entró en shock y con sentimientos encontrados, su microcosmos con su padre era una burbuja que aparentemente estallaba. Pero al tiempo el destino y el azar habían hecho que esos mensajes y su perseverancia en nombre de la memoria de su papá, lograran un loable propósito. Una hija que perdió a su padre por casualidades de la vida, intentaba llenar el vacío en ese padre que perdió a su hija.

La afligida historia de Chastity Patterson nos enseña que ninguna expresión de amor y gratitud son inútiles. Que jamás debemos dejar de honrar la memoria de nuestros seres queridos idos. A lo mejor el Supremo Arquitecto reacomoda las cosas y hace que todo valga la pena para llenar un vacío.

Apostilla: ‘Un buen padre vale por cien maestros’. (Jean Jacques Rousseau).

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Redacción Minuto30

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