Foto EFE/Archivo

Una máquina de escribir, una cámara de 16 milímetros que utilizó en sus años en España, páginas del guión e imágenes de «Citizen Kane» o incluso un humidificador personal son algunos de los 70 objetos de Orson Welles heredados por su hija Beatrice que serán subastados el 26 de abril en Nueva York.

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Casi 30 años después de su muerte, la figura de Orson Welles sigue siendo una de las más influyentes de la historia del cine desde su excepcional debut, «Citizen Kane», a sus adaptaciones de Shakespeare, como «Macbeth», o a su época más experimental como documentalista.

Meses después del sorprendente descubrimiento en Italia de un primer filme suyo inédito titulado «Too Much Johnson», los coleccionistas de cine y los admiradores de su figura y su obra podrán acceder a algunos de los objetos que formaban parte de su día a día en esta subasta de Heritage Auctions, con la que su hija Beatrice ha querido «reconectar con su padre» después de no haber podido mirar esos objetos que le hacían sentir «que se metía en su vida privada».

«Mi padre era una especie de gitano que no creía en conservar nada. Es algo extraordinario que objetos como estos existan», asegura Beatrice Welles en el comunicado de la casa de subastas.

Almacenados en cajas en la antigua casa de su padre y su madre, la actriz Paola Mori, Beatrice los ha llevado consigo en los últimos años y ha decidido compartirlos con los admiradores del cineasta. «Muchas de estas cosas estaban encima de las dos mesas que mi padre usaba como despacho», asegura.

Entre los objetos más destacados está una máquina de escribir eléctrica modelo Smith-Corona 2200 de los años setenta, de la que saldrían algunos de los últimos guiones de su carrera, o una cámara de 16 milímetros Bell & Howard 240 de alrededor de 1957, momento en el que se encontraba en España justo antes de volver al cine estadounidense con «Touch of Evil».

Entre los más curiosos, un humidificador de 1960 que le había regalado el director Michael Winner y un álbum de recortes que le sirvieron para preparar la retransmisión radiofónica de «La guerra de los mundos» con la que, en 1938 y con solo 23 años, conmocionó a los radioyentes, muchos de los cuales pensaron que era una noticia sobre una invasión extraterrestre real y no una dramatización de la obra de H.G. Wells.

Y entre los más accesibles para el cinéfilo, imágenes y páginas del guión de «Citizen Kane», habitual cabeza de las listas de las mejores película de la historia del cine, o de su segunda película, «The Magnificent Ambersons», incomprendida en su momento.

Pero entre los objetos que Beatrice Welles encontró en esas cajas también había material personal tan valioso como cartas privadas, guiones o ensayos escritos por Orson Welles a la edad de 10, 11 y 12 años, que su hija ha decidido guardar para la intimidad.

«Me di cuenta de que todo esto era un tesoro que no sabía ni que existía y que había cosas que tenía que llevarme conmigo a casa», asegura. Nueva York, 31 mar (EFE)

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Redacción Minuto30

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