La derecha española es la gran favorita para las elecciones legislativas del domingo frente a los socialistas, actualmente en el poder, en un país presionado por los mercados y ante el que se dibuja un camino de sacrificios para intentar enderezar la economía, lastrada por el desempleo.

AFP / jorge guerrero El líder del conservador Partido Popular Mariano Rajoy

Los últimos sondeos confirman una amplia mayoría absoluta para el Partido Popular (PP, derecha) de Mariano Rajoy, que debería convertirse en el próximo jefe del gobierno español, tras dos fracasos en 2004 y 2008, aprovechando el voto de castigo al gobernante Partido Socialista Obrero Español (PSOE).

Rajoy, de 56 años, optó por poner punto y final a su campaña con un mitin en Madrid, donde fue ovacionado por cerca de 20.000 seguidores en una sala literalmente inundada por miles de banderas azules de su partido.

«Cambiemos todos juntos España», lanzó el líder conservador, afirmando estar «preparado para ser el presidente del gobierno de todos los españoles».

También su rival socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, eligió terminar en la capital el periplo electoral que durante dos semanas lo ha llevado a recorrer decenas de ciudades españolas en un intento por reducir la enorme distancia que lo separa de Rajoy.

Pero Rubalcaba, de 60 años, ex número dos del gobierno, tiene difícil revertir la tendencia en un país con casi cinco millones de desempleados, sometido a duras medidas de austeridad por el ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero.

Congelación de las pensiones, retraso de la edad de jubilación de los 65 a los 67 años, reducción del 5% en los salarios de los funcionarios, aumento fiscal, son algunas de las medidas de ajuste que hundieron la popularidad de los socialistas.

«Esta crisis devora al que gobierna, da igual que sea de derechas o de izquierdas», dice el profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Santiago de Compostela Antón Losada, para el que «la crisis simplemente ha hundido a uno de los contrincantes, que es el partido socialista».

Las últimas encuestas, publicadas el domingo, predecían la peor derrota de los socialistas desde la vuelta de la democracia, con sólo 112 escaños, mientras que el PP se haría con entre 192 y 198 escaños, muy por encima de los 176 escaños que marcan la mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados.

Reacio a hablar claramente de las medidas que tomará tras una eventual llegada al poder, Rajoy advirtió: «mi prioridad son las pensiones». «A partir de ahí, habrá que recortar en todo», agregó.

Pero también pidió una tregua a los mercados, que este viernes volvieron a presionar a España.

La prima de riesgo española superó brevemente los 500 puntos básicos por la mañana, antes de relajarse. La disparada sirvió sin embargo para advertir al más que probable futuro jefe del gobierno español de que no tiene tiempo que perder.

«Estimamos altamente probable que, tan pronto como la próxima semana, (el gobierno que salga de las urnas) anuncie un paquete de reformas claves dirigidas a recuperar la credibilidad sobre la economía», escribieron los analistas del banco Bankinter.

Dichas medidas deberán ir en dirección a una «reforma laboral, reforma fiscal y saneamiento definitivo del sistema financiero», que ya inició el gobierno socialista, reduciendo el número de cajas de ahorros, eslabón débil del tejido financiero español, consideran estos analistas.

Pero las medidas dirigidas a calmar a los mercados podrían producir el efecto contrario entre los españoles, soliviantados ya por los recortes realizados por algunos gobiernos regionales en educación y sanidad, lo que provocó numerosas protestas, como la de miles de profesores y estudiantes en varias ciudades españolas el jueves.

«El cambio de gobierno va a ser lo mismo e incluso peor», afirmaba en Madrid Alexandra Jaksic, estudiante de Historia del Arte, de 19 años, que dijo no tener mucha esperanza en las elecciones.

«El gobierno socialista no tiene nada de socialista. Lleva dos años haciendo recortes y los otros van a hacer los mismos recortes o peor», dijo a la AFP.

Unos 36 millones de españoles están llamados a las urnas el domingo para elegir a 350 diputados y 208 senadores en unas elecciones en las que, además de los dos grandes partidos, se presentan una veintena de formaciones regionales y nacionales.

MADRID (AFP)

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Redacción Minuto30

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