El regreso del péndulo.

Siempre se ha dicho que en materia política, cada cuatro años hay que cambiarlo todo, para que todo siga igual, como en “El gatopardo” de Giuseppe Lampedusa.

El caso que nos ocupa no es de cuatro sino de ocho años.

¿Quién lo creyera? Nadie se hubiera imaginado que el ex presidente Uribe, cuando anunció que en manos del doctor Juan Manuel Santos estarían seguros sus tres huevitos y se mantendría incólume “doña Rumbo” (la gallinita), estaba gestando,  él mismo, el fin de la era del uribismo.  Atrás quedó la época gloriosa de la seguridad democrática y de los mejores exponentes y amigos de la confrontación directa del Estado a las fuerzas alzadas en armas al margen de la ley.

Los personajes de entonces.

Por esa época, en las primeras páginas de los periódicos y en las caricaturas era usual encontrarse con Fernando Londoño Hoyos, Plinio Apuleyo Mendoza, Pedro Juan Moreno, Fabio Echeverri Correa, Jorge Visbal, José Félix Lafaurie, José Obdulio Gaviria, Enrique Gómez Hurtado, el cardenal Darío Castrillón, José Roberto Arango y Carlos Holguín Sardi, entre otros.

Giro radical.

Hoy por hoy, el país asiste a un cambio radical de las figuras sobresalientes de lo que Colombia conoce como la derecha entre quienes defendieron con convicción absoluta la seguridad democrática. Hemos pasado a lo que el líder Álvaro Gómez Hurtado denominó en su momento “la expresión más dialogante de la patria”.

¿Dónde está la bolita? El presidente Santos dialoga con Chávez, con Correa, con Lula y Fernández de Kirchner y pone en el lugar de mayor protagonismo a los defensores de la salida política al conflicto colombiano. Pasaron al primer plano Piedad Córdoba, María Emma Mejía, los curas De Roux y Giraldo, Daniel Coronel, Claudia López, León Valencia y Gloria Cuartas. Es decir que Santos, en un abrir y cerrar de ojos,  nos puso a todos a preguntarnos ¿dónde está la bolita, la bolita dónde está?

Sencillamente,  estamos presenciando el regreso del péndulo.

El toro por los cuernos.

El presidente Santos, en la instalación del II Congreso Iberoamericano de Derecho Electoral, se refirió al caso del ahora candidato a la alcaldía de Cali Rodrigo Guerrero Velasco, diciendo que frente a las denuncias hechas por él en torno a los serios torcidos electorales en la Sultana del Valle, el registrador Nacional del Estado Civil, Carlos Ariel Sánchez, “como en sus mejores faenas, había cogido el toro por los cuernos”, resolviendo el escandaloso asunto y disipando cualquier duda en un tiempo récord y demostrando así que los colombianos pueden gozar de plenas garantías electorales, en lo que a la Registraduría se refiere.

Los  ninguneados.

En el evento se notó la ausencia del presidente del Consejo Nacional Electoral, Joaquín José Vives, mientras que el presidente del Consejo de Estado, Mauricio Fajardo, en su discurso inaugural,  ignoró de plano la presencia del ex presidente de la Corte Constitucional Humberto Sierra Porto, y exigió más garantías para ese alto tribunal.

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Redacción Minuto30

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