Pregunta Yamid.

Como presintiendo lo que se veía venir, el presidente Santos, en reportaje aniversario concedido a Yamid Amat, describió la situación por la que atraviesa el Congreso frente a la propuesta de la gran reforma a la justicia.

Responde Santos.

Santos dijo: “En lo que sí estoy de acuerdo con el presidente del Congreso, Juan Manuel Corzo, es en la necesidad de restablecer el equilibrio entre los poderes públicos, pues no es sano que el Congreso se sienta arrinconado”.

Reiteró que “lo que ha pasado es que el parlamento se ha sentido arrinconado; muchas veces tiene el temor de producir leyes o de votar en uno u otro sentido y eso no es sano”.

Fórmula.

En su sentir, “el remedio es que legisle sin temores ni prevenciones. Por ejemplo, una seria discusión y decisión sobre la reforma a la Justicia ayudaría a devolverle al Congreso ese aire que necesita para recuperar el sano equilibrio entre los poderes.

Desde la Constitución del 91 el Congreso ha debido priorizar los derechos. No lo hizo y, por no hacerlo, lo reemplazaron las Cortes. Y no solamente reemplazar al Congreso dañó la prioridad a los derechos de los colombianos, sino que fueron más allá; en cierta forma se tomaron atribuciones del Congreso”.

Deber.

La forma como este puede recuperar el espacio perdido es cumpliendo con su deber; es decir, legislando. Con esa intervención, el primer magistrado de la nación Juan Manuel Santos abrió el debate con la respuesta inmediata del presidente del Consejo de Estado Mauricio Fajardo Gómez, quien salió en defensa de las Cortes, pidiendo que no se le quitasen los derechos adquiridos gracias a la Constitución del 91 y le dieran más presupuesto.

Análisis.

Con este panorama descrito por el presidente del Senado Juan Manuel Corzo, ¿estará el Legislativo en condiciones de producir la reforma a la justicia en un ambiente democrático? El Congreso estaría entre los palos, decidiendo entre la reforma que propone el Ejecutivo y que puede ser negociada con puestos, contratos y otras gabelas, o la que tienen las Cortes, una verdadera amenaza para su funcionamiento.

Rehén.

El Congreso Nacional está secuestrado por las Cortes. Por un lado, el Consejo de Estado tiene en cintura a casi todos los parlamentarios, pues como juez natural el órgano legislativo recicla toda clase de denuncias contra los padres de la patria, así: unos, por inhabilidades; otros, por transgredir la Ley 5, o sea su propio Estatuto; otros por impedimentos y la mayoría fundada en anónimos. Con esta atribución, el contencioso administrativo ejerce todo un poder coercitivo frente a esa rama del poder público, liquidándola.

Rejas.

La Suprema Corte, que ya tiene entre rejas a parte del Legislativo, continúa instruyendo casos como los parapolíticos que andan sueltos; 18 congresistas involucrados en la investigación que se instruye por la propia DEA, en el caso de la Dirección Nacional de Estupefacientes. Así las cosas, el Poder Legislativo ya no existe, pues sus actuaciones son constreñidas por el aparato jurídico.

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Redacción Minuto30

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