La Barca de Calderón

Llama poderosamente la atención el enfrentamiento de verduleras entre las dos alas que integran el cuestionado Consejo Superior de la Judicatura, en la mal llamada reforma a la justicia que solamente defienden los ministros Vargas y Esguerra.

Es el mismo Consejo que pretendía eliminar Álvaro cuando se presentó como candidato en el 2002 y terminó fortaleciéndolo políticamente cuando ya era Presidente y tenía en la mira su propia reelección.

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Fomento burocrático.

Como consecuencia de la derogatoria de unos acuerdos de fomento burocrático proferidos por la Sala Administrativa a través de los cuales se crearon unas magistraturas auxiliares y unas plazas de descongestión en la jurisdicción disciplinaria, si bien es cierto que esa burocracia adicional no representa realmente ayuda alguna para la justicia, es vox populi que son empleos de tinte eminentemente clientelista, pues la Sala Disciplinaria no busca otra cosa que robustecer su poder frente a las demás instituciones de la rama y de paso agradecer nombrándoles a sus ahijados en nuevos cargos.

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De agache.

Los parlamentarios que en la primera vuelta contribuyeron a hipertrofiar las funciones de la Sala Jurisdiccional Disciplinaria del Consejo Superior, a pesar de hacer de las promesas y protestas en los medios, mas no en el Congreso, todo lo posible para restarle las excesivas facultades a dicho organismo al  proyecto en esta materia, el gobierno permitió que pasara incólume, de agache, en la primera vuelta.

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Trampa.

Al parecer, la Sala Administrativa del Consejo fue víctima de su propio invento pues fue ella la que creó los nuevos cargos, sin previo estudio de las dependencias judiciales donde debe atacarse la congestión judicial, cayendo en la trampa de la otra sala que le exigía la creación de más burocracia, sin importarle la justificación de la misma.

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Currículos.

Qué interesante sería conocer las hojas de vida de los integrantes de la Sala Disciplinaria, máxime cuando estamos de cara a las nuevas funciones de que serán investidos, según el proyecto de reforma constitucional que se tramitará en segunda vuelta.

Para concluir que a tan alta dignidad se debe llegar por experiencia profesional; conocimiento sobre la materia, que no es más que el proceso disciplinario: trasparencia profesional y no mediante el cabildeo ante el padrinazgo ejecutivo y legislativo.

De la Sala Administrativa resulta pertinente que de cara al país, se hiciera un balance de sus ejecutorias en los 17 años de existencia para determinar los avances en estas materias: carrera judicial, recursos físicos, programas de descongestión en las distintas jurisdicciones para que se cumpla  con el mandato constitucional y legal de una justicia eficaz, eficiente, pronta y cumplida.

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Angelino de la guarda.

Recordemos que la familia de don Hernando Turbay trasplantó de las selvas del Caquetá al Capitolio al copartidario Angelino Lizcano y luego el expresidente Uribe lo exaltó a los altares del Consejo Superior. Este Angelino es uno de los encargados de la guarda de nuestra justicia. Mientras tanto, el otro Angelino es el encargado de la guarda de los trabajadores y del gobierno vallecaucano.