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EFE/Javier Lizón/Archivo

Estrasburgo (Francia), 19 sep (EFE).- Procedentes de los cuatro puntos cardinales de la Unión Europea, los jóvenes europeos que participan en Estrasburgo en los paneles ciudadanos de la Conferencia sobre el Futuro de Europa tienen un clamor común para su futuro: acabar con la precariedad y lograr una oportunidad laboral.

Así lo piensa Adrián de Cien, un madrileño de 23 años que recientemente ha finalizado sus estudios en Turismo y que este fin de semana participa en esta ágora ciudadana (donde un tercio de los participantes son menores de 25 años) junto a las instituciones europeas en la sede de la Eurocámara en Estrasburgo (Francia), en pos de definir las principales líneas de actuación que la UE deberá seguir en los próximos años.

«Nos encontramos ante un mercado laboral que tiene muchísima gente donde escoger y que no apuesta por las nuevas generaciones si no tienes algo de experiencia. Quieren ya profesionales que estén del todo formados y no nos dan la oportunidad, aunque tengamos mucha ilusión», lamenta De Cien.

Sin reparos, Cristian Benítez, barcelonés de 20 años que actualmente estudia un grado medio en gestión administrativa, admite que para él el futuro laboral, especialmente en España, se ve «a día de hoy», bastante difícil.

La tasa de paro juvenil en la Unión Europea se sitúa en el 16,2 %, casi 10 puntos por encima de la media del club comunitario, según datos de Eurostat, mientras que en España esa cifra se dispara hasta el 35,1 %.

Con un mercado laboral que cada vez pone más trabas a las generaciones más jóvenes, unos índices de desempleo muy altos y tras haber sufrido una pandemia que ha empañado aún más las expectativas de futuro, los jóvenes participantes, en lugar de amedrentarse, han llegado al corazón de Europa con la determinación de pedir cambios que mejoren las perspectivas.

Los paneles ciudadanos «son algo a lo que podemos aportar, desde un punto de vista de la juventud, nuevas ideas, como el tema de la educación o el desempleo juvenil. Por fin podemos tener voz y que se nos tenga en cuenta», señala Álvaro Henche (22 años), procedente de Zaragoza y quien comienza este curso un máster tras haberse graduado en Administración de Empresas.

A María López (22 años, A Coruña) le ha sorprendido, a parte del «abrumador» edifico que acoge el PE en Estrasburgo, ver que hay jóvenes que «aunque sean de otros países tienen el mismo problema que tú».

«Yo espero de la UE que piense en los jóvenes, en darnos futuro, que cuando acabamos de terminar nuestros estudios no nos den un trabajo gratis o que sea poco remunerado, que nos den oportunidades, también tenemos derecho a tener oportunidades laborales», reclama Rocío Tovío, una gaditana de 19 años que actualmente cursa 2º de Bachillerato.

ACERCANDO LA UE A LOS JÓVENES

Los participantes más jóvenes han crecido en los años más complicados y polémicos de la Unión Europea, aprendieron muy pronto qué era la «troika» y la austeridad, han sido testigos de cómo la precariedad laboral se disparaba entre los jóvenes y las desigualdades socioeconómicas se acrecentaban, y han visto más de una vez como los países miembros no son capaces de dar respuestas unitarias en los momentos más transcendentales.

Sin embargo, creen en la necesidad de la UE como proyecto político y en su posibilidad de reformarse para lograr que esté capacitada en responder mejor a las inquietudes de su generación.

«Es importante que existan alianzas de este tipo (…) que pueden ayudar a que vayamos todos en un mismo destino», argumenta De Cien quien opina que iniciativas como los paneles ciudadanos acercan a la ciudadanía a conocer qué «trama por dentro» la UE.

En este sentido, Álvaro Henche agrega que es un «proyecto que acerca mucho» a una UE que a veces se muestra alejada de la «realidad ciudadana», pero matiza que hay que tener cuidado porque «si no aparecen los movimientos euroescépticos en todos los países y al final cada uno se cuestiona su permanencia en la UE».

El futuro de la UE pasa también por lograr que la palabra «unión» sea un «sentimiento» entre los Estados miembros porque «es lo que hemos venido a hacer aquí», comenta María López.

«Utilizando una metáfora, la Unión Europea es un grupo de amigos a los que le falta conocerse», remata. Jorge Ocaña

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