Joven que mató a su novio revela una segunda y terrorífica confesión

El fallecido Fernando Pastorizzo y Nahir Galarza/ Tomada de Caracol

Un asesinato realizado a manos de una joven de 19 años en Argentina le dio la vuelta al continente, y ahora, Nahir Galarza lanza una segunda confesión al rededor del asesinato de su novio, Fernando Pastorizzo de 20 años.

Cabe recordar que el hecho sucedió en Gualeguaychú, Argentina, donde le propinó dos balazos a su pareja y le causó la muerte.

La chica decidió dar un testimonio de tres horas ante las autoridades, el mismo que fue revelado en las redes sociales.

Según Publimetro, Nahir dijo que se había visto en la madrugada con su pareja (a pesar de que afirma que ya había terminado el noviazgo) después de que ella desbloqueara a Fernando de WhatsApp y lo llamara pero él no le respondiera, cosa que se repitió después pero al revés, sin embargo a ella se le acabó la batería del celular y no pudieron seguir hablando.

Después de esto, la chica fue a la casa de Fernando, asegurando que allá tenía el cargador de su celular, pero cuando llegó, él estaba enojado con ella porque no pudieron hablar por el móvil.

“Insistió para que yo entre a su casa pero yo no quería y me quedé en la vereda. Él me gritaba porque no le atendí el teléfono, estaba enojado. Él sabía cómo manipularme y sabía qué palabras decirme para que me duela. Con él tuve mi primera relación, fue antes de los 16“, revelo Galarza.

Después de que el muchacho se calmara, los dos fueron a la casa de ella.

“Entró su moto al negocio de mi casa, lo dejé pasar a mi casa y cuando pasamos por la cocina él agarró el arma de mi papá y empezó a joder. Movía la pistola por todos lados y decía ‘mirá que fierro el de tu viejo””, aseveró.

“Le dije que era un enfermo, unas cosas más y me fui a mi habitación. El me siguió, me abrazó, me pidió perdón y logró que me calme. Después, me convenció y tuvimos relaciones”, afirmó.

Después, Fernando le recriminó a la chica que era una “trola”, porque la vio besándose con otro hombre, identificado como Rafael. Ella lo admitió y le dijo que solo estaba en su nueva pareja, puesto que  “era mil veces mejor y la respetaba mucho más que él” .

“Le dio un ataque de ira. Me empujó, tiraba cosas, me tiró de los pelos, me empezó a insultar, me dijo que era una desesperada y me puse a llorar cuando me dijo que era una depresiva. Él sabía que esa palabra me afectaba. Le dije que se vaya de mi casa, que no lo quería ver más”, declaro.

Después de esto, Nahir dice que lo expulsó de su casa, pero él se disculpó con ella y la abrazó.

Sin embargo, después volvió a enojarse porque ella lo comparó con Rafael nuevamente.

“Fernando me sacó de la habitación de los pelos, agarró de nuevo el arma, me apuntó en la panza y me dijo que me iba a ir con él. Yo estaba más sorprendida que asustada, le pregunté qué le pasaba llorando y me dijo que me callara”.

“Yo no quería gritar porque mi papá se podía despertar y no quería que viera la situación. Él me tiró por la escalera de los pelos y cuando llegamos al patio me abrazó como si nada. Me dijo que si quería que él se calmara, haga lo que le pedía”, contó.

Galarza aseveró que el muchacho seguía con el arma, que sacudía el gatillo y la amenazaba con que “ni se le ocurra salir corriendo”. Después la guardó y subió a su moto.

Ella también subió al vehículo y se fueron hasta la casa de la abuela de Nahir, mientras seguían la discusión en el camino, él la insultaba diciéndole que era “una zorra, un asco de persona”.

Nahir confiesó que estaba asustada, y le dijo que era mentira no de Rafael, pero que ya no eran pareja y que ella podía estar con otros hombres.

Ella contó que intentó saltar de la monto, pero que Fernando aceleró para que no lo hiciera, y cuando llegaron a la casa, le pidió el arma porque era de su padre policía.

En ese momento, él perdió el control de la máquina y ella afirma que no sabe cómo quedó con el arma en mano.

“Fernando frenó la moto de golpe y ahí sentí la primera explosión. Nos caímos los dos. Me paré y no entendía nada. Empecé a temblar, me quedé sorda, quedé como boba. Me agaché a mirarlo y ahí salió la segunda explosión. Me sorprendió”, confrimó.

“Tiré el arma al piso y no sabía qué hacer. No sabía qué había pasado. Lo primero que se me pasó por la mente era que era el arma de mi papá y que le iban a echar la culpa a él. Por lo tanto, me fui a mi casa, dejé el arma donde estaba y me fui a acostar. No sabía si lo había matado”, confesó.

La chica para concluir dijo que en primera instancia dijo mentiras sobre su culpabilidad porque “no sabía qué hacer, si yo contaba eso nadie me iba a creer”, además que no quería que su papá perdiera el trabajo. “Tenía mi vida organizada, fue un accidente”, finalizó.