El Estado Colombiano debe cambiar la concepción de propiedad de bienes estratégicos; lo estratégico debe ser invendible eternamente a particulares. El agua, los ríos, los afluentes, la fauna, la flora, el Medio Ambiente no se pueden escriturar a privados y dejar las futuras generaciones sin opciones de vida ni de estrategia.

Luis Pérez Gutiérrez

Luis Pérez Gutiérrez

En el caso de las Hidroeléctricas o Generadoras de Energía Hidráulica, el Estado entrega licencias eternas, y lo que ocurre en la práctica es que está regalando de por vida ríos, aguas, bosques, fauna, flora, y los afluentes del entorno.

Las Hidroeléctricas deberían tener un control especial y ser concesionadas por tiempo limitado. La concesión podría ser de 10 a 15 años luego de iniciar operación, de acuerdo a una tasa de retorno, que permita recuperar el capital y una rentabilidad razonable. Y al final, toda esa estructura debe regresar a manos del Estado. Cada que se termine una concesión se evalúa si debe continuar o no, o si el Estado la recupera para otros intereses de la patria.

Con las licencias para celulares ocurre lo mismo: Se entregan por periodos generalmente de 10 años. Las concesiones viales se entregan por tiempo limitado hasta recuperar la inversión y una rentabilidad justa que de equilibrio económico. En ninguna parte del Planeta las concesiones son eternas. Las concesiones eternas no son ni siquiera constitucionales y podrían constituir un enriquecimiento ilícito.

Que El Estado pueda cada 10 o 15 años recuperar las Hidroeléctricas y volver a decidir qué hacer con ellas, es un respeto a las futuras generaciones y a los futuros gobernantes.

En el caso ISAGEN, la mayoría y su control, están en manos del Estado. Ahora está en venta de por vida.

Quien compre u opere a ISAGEN no corre riesgos significativos. Las Hidroeléctricas están construidas y funcionando bien, y la venta de energía está asegurada. Pronto entrará en operación HidroSogamoso, con el embalse más grande del país; fueron más de 6 años de construcción y se invirtieron más de $4 billones de pesos. Ya el Estado corrió los riesgos. El comprador de ISAGEN llega a vender y a facturar energía.

En lugar de vender ISAGEN de por vida, debería el Estado entregarla en concesión u operación por 10 años, y al cabo de ese tiempo que regrese a manos del Estado. La concesión continuará o no de acuerdo con las condiciones ambientales, o el mercado de la energía, o con la situación económica y social de la nación.

El inversionista quiere colocar su dinero con el menor riesgo posible, recuperar su capital y obtener una rentabilidad razonable. Operar a ISAGEN 10 años pagando hoy una suma justa es sin duda una inversión atractiva para particulares y para el Estado.

La energía es lo que va a mover el desarrollo de los países. Por eso, las Hidroeléctricas son un sector estratégico esencial que no debe salir de por vida de manos del Estado. Que ISAGEN se “venda”, se concesione, por 10 años, es un camino nuevo para que Colombia no pierda eternamente el control de los recursos naturales, ni el de las tarifas de energía y ni el de sectores estratégicos. Al cabo de esos 10 años, se decide si se vuelve a concesionar o si regresa a manos del Estado. Si los operadores que reciben la concesión son eficientes podrán garantizar para ellos y para los accionistas buenos rendimientos.

NO vender a ISAGEN, y en su lugar concesionarlo por 10 años, es una alternativa responsable. El Estado recibe YA una suma justa para los gastos de este gobierno y se le permite a las próximas generaciones y a los gobiernos vinientes decidir sobre su propio futuro. De otra forma, no le estamos dejando nada a las generaciones vinientes.

Cuánto nos ha dolido haber vendido a Panamá!

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Redacción Minuto30

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