Federico Gutierrez

Sigue siendo la seguridad de Medellín uno de los temas que más preocupe a los ciudadanos y, aun cuando existan algunos avances importantes en la materia, como lo es la disminución considerable de los homicidios, la ciudad hoy vive con miedo: tan solo un 42% de las personas se siente segura, mientras un 19% se siente insegura. Alarmante.

Federico Gutiérrez

Federico Gutiérrez

No puede seguirse cometiendo el grave error de medir la (in)seguridad únicamente con el indicador del homicidio. El crimen es plural, tiene muchas y muy diversas causas y manifestaciones; y todas ellas, no sólo una, hacen que exista inseguridad.

Importante pues que bajen los homicidios, pues se trata de la vida como el bien más preciado de las personas, pero no se puede ser ajeno a la realidad del ciudadano de a pie, de su día a día, pues hay delitos que han aumentado considerablemente como son el hurto y la extorsión.

De 2865 casos de hurtos a personas denunciados a octubre 26 de 2013 se pasó, en el mismo periodo de tiempo del presente año, a 3684 casos, implicando con ello un aumento del 29%, aumento que, atendiendo comuna por comuna, ha llegado incluso a estar en 51% y 54% como en los casos de las comunas 10 (La Candelaria) y 16 (Belén), respectivamente.

La Extorsión se tomó a Medellín, pasamos de micro a macroextorsión. La administración municipal sabe lo que ocurre y prefiere ocultar la realidad, pues para sus intereses políticos, lo mejor es decir que vamos muy bien.

Las cosas no están bien. La inseguridad en Medellín se ha convertido en una enfermedad crónica: más de 20 años luchando contra ella e, independientemente de los ires y venires de las cifras, el crimen organizado se ha apoderado de ella. O aumentamos la dosis del remedio o cambiamos de medicina.

[pullquote]La ciudad hoy vive con miedo: tan solo un 42% de las personas se sienten seguras…[/pullquote]Es por ello que existe la necesidad de revisar y ajustar el impacto de los grandes recursos y esfuerzos realizados en materia de seguridad, pues se evidencia que los ciudadanos se sienten menos seguros y el fortalecimiento de la seguridad es y debe ser hoy una de las principales prioridades.

Son muchas las cosas entonces que se pueden y deben hacer. Desde el claro y eficiente fortalecimiento a toda la cadena de la justicia (hoy apenas tres de cada diez personas creen que la justicia ayuda a reducir la criminalidad), hasta la intervención preventiva a través de una fuerte inversión social, pasando claro está, por el liderazgo necesario del Alcalde como primera autoridad de policía del municipio, grandes y pertinentes inversiones en tecnología e inteligencia, mejoramiento de la operatividad de los organismos de seguridad y por la lucha frontal contra la corrupción en todos los estamentos sociales.

Nos acostumbramos a vivir en la casa con nuestro enemigo, estamos sentados en la sala con un monstruo y ni nos inmutamos. La cultura de la ilegalidad, la desconfianza institucional, la falta de contundencia en el manejo de la seguridad en Medellín ya es algo del día a día. En Medellín lo anormal se volvió normal. Y esto tiene que cambiar.

Se requiere un Estado con firmeza y coordinado. El crimen es organizado, pero el Estado, a la hora de enfrentarlo es, paradójicamente, desorganizado. Un Estado fuerte, organizado y contundente que llegue a todo el territorio de la ciudad y proteja exitosamente a sus ciudadanos. En un Estado fuerte quienes deben tener miedo son los delincuentes y no los ciudadanos de bien, como ocurre hoy en día. @FicoGutierrez

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Redacción Minuto30

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