En coyunturas difíciles, existe siempre una gran posibilidad de reinventarse. EPM ha mantenido un liderazgo indiscutible en el sector energético, mientras vemos cambios irreversibles en tendencias que harán que, en un futuro aún no establecido, la energía se abarate a mínimos costos, si no llegare a cero.

Y más que pensar en la anual repartición de utilidades que ha ayudado de manera trascendental al desarrollo de Medellín, llega el momento de hacer un alto en el camino y repensar el futuro de la empresa más importante de la ciudad, orgullo de todos los antioqueños.

Una de las principales tareas que debe acometer EPM es la de aumentar de manera considerable la inversión en investigación y desarrollo. Una compañía del tamaño de EPM debería estar, por lo menos, invirtiendo 1% del total de sus ventas en este rubro, unas 50 veces lo que está invirtiendo hoy en día. Esos recursos deberían dirigirse a: investigar globalmente nuevas tecnologías para sus actuales negocios, especialmente en ser pioneros en avances de todo tipo de energías alternativas seguras, eficiencias en producción y protección ambiental, ojalá en calidad del aire; pero también pensar en nuevos negocios para la compañía, en la que siempre se ha tenido la idea de que, por su capacidad y conocimiento en obras, podría avanzar hacia el negocio de concesiones viales o de otro tipo de infraestructura, así como el de consultoría global aprovechando el conocimiento en tantos negocios; igualmente, sería importante empezar a visualizar negocios que jamás han sido pensados dentro de EPM, que podría comenzar a pensar a escala global y comenzar a invertir capital de riesgo en negocios de inminente crecimiento futuro: blockchain en diversas áreas (no confundir con criptomonedas), movilidad sostenible, inteligencia artificial y robótica, para mencionar solo algunas que son cercanos a los actuales negocios de la compañía.

Otra decisión importante será la de revaluar todas las inversiones de participación accionaria de EPM en diferentes compañías, dentro y fuera del territorio nacional. No debe ser una tarea de única vez, sino el resultado de una decisión estratégica de mediano y largo plazo, que permita mantener el crecimiento de la rentabilidad de la compañía. Bajo una visión de transparencia y eficiencia, se hace indispensable que la generación de valor de EPM parta de la mejor inversión de sus propios recursos, en momentos en que los costos financieros comienzan a ser de una mayor magnitud al promedio histórico, y donde capitalizar la compañía por parte de privados será siempre una blasfemia política.

Por último, debe entenderse que será fundamental el avance del capital humano que hace parte de la compañía. Competencias fundamentales en pleno siglo XXI como el lenguaje de código y el conocimiento de inglés hacen que se requiera, por un lado, buscar personal a todo nivel con dichos conocimientos o, de otro lado, formar en ello a más de 40.000 empleados presentes en todas las filiales de la empresa a nivel latinoamericano.

Muchos aportes podrían hacerse a estos pensamientos, y son más que bienvenidos al debate. Pero la única constante es el cambio, al cual EPM debe alinearse con mucho entusiasmo para garantizar su futuro y el de los habitantes de Medellín.

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Redacción Minuto30

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