Los restos del ex presidente y líder peronista Néstor Kirchner, cuya muerte dejó un vacío de poder en Argentina, seran sepultados el viernes en su natal Río Gallegos (sur), tras el adiós de una multitud que formó filas de dos kilómetros durante 24 horas de velatorio.

AFP PHOTO/Daniel GARCIA

«¡Volverás y serás millones!», gritaban y escribían el viernes sus partidarios en las banderas celestes y blancas, al reflotar una histórica frase de Evita Perón, a la vez que alentaban con voces de ¡Fuerza! a la viuda, la presidenta Cristina Kirchner, cuya fortaleza será puesta a prueba.

La mandataria regresó la mañana del viernes a la capilla ardiente en el Salón de los Patriotas Latinoamericanos de la Casa Rosada (gobierno), tras descansar en la residencia de Olivos, al norte de Buenos Aires.

La muerte de Kirchner a los 60 años de una crisis cardíaca en la residencia matrimonial de El Calafate, en el extremo austral de la nación, provocó un resurgir de la mística justicialista con el desfile de centenares de miles de hombres, mujeres y niños por el centro de Buenos Aires y la Plaza de Mayo.

«¡Néstor no se murió, Néstor no se murió, vive en los corazones de nuestro pueblo trabajador!», coreó la muchedumbre sin pausa hasta el viernes en un fenómeno político cargado de sentimiento que por su masividad revivió las exequias de Evita en 1952 y las del tres veces presidente Juan Perón en 1974.

La Presidenta, quien perdió a su compañero de militancia de toda la vida y a su pareja cogobernante de hecho, recibió expresiones de pesar y solidaridad también de una pléyade de mandatarios latinoamericanos, e incluso este viernes del ex presidente español Felipe González.

«Más que un presidente era un compañero, que ayudó a construir la integración de Sudamérica y de América latina», dijo la medianoche del jueves el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, quien hizo una pausa en su campaña electoral en favor de Dilma Rousseff para viajar a Buenos Aires.

Lula ofreció su abrazo y condolencias a la presidenta, en momentos en que también lo hacían los mandatarios de Venezuela, Hugo Chávez, y de Paraguay, Fernando Lugo, alrededor del embanderado féretro, en el Salón de los Patriotas Latinoamericanos en la Casa Rosada.

Otros jefes de Estado que viajaron para darle su pésame y voz de aliento a la mandataria fueron los de Bolivia, Evo Morales; Ecuador, Rafael Correa; Chile, Sebastián Piñera; Uruguay, José Mujica, y Colombia, Juan Manuel Santos.

Al perder a su mayor estratega, el oficialismo vive horas de incertidumbre en Argentina, pero el principal sostén político del Gobierno, la central obrera CGT, renovó su respaldo, al afirmar su líder, Hugo Moyano, que «después de Perón y Eva viene Néstor Kirchher».

«El peronismo puede volver a unirse», declaró Moyano el viernes, al ser consultado sobre si pueden volver al cauce justicialista los disidentes que se alejaron por considerar autoritaria la política del kirchnerismo.

Pero a pesar del duelo nacional y el respeto que provoca la muerte, los activistas cantaron sin pausa, día y noche, un estribillo contra Julio Cobos, quien desde hace dos años pasó a la oposición pero no renunció a la vicepresidencia, desde donde opera su candidatura presidencial para 2011.

«¡Andate Cobos, sos un traidor!», bramaba la multitud sobre el político de la socialdemócrata Unión Cívica Radical (UCR) que vota leyes en contra del Gobierno cuando hay paridad en el Senado, cámara que preside.

A la madrugada del viernes arribó también el vicepresidente del Consejo de Estado de Cuba, Esteban Lazo, quien dijo a la prensa que «quisimos hacer acto de presencia para ofrecer directamente en nombre del Gobierno, del pueblo cubano, nuestra más sentida condolencia».

La Presidenta se erige ahora en la candidata natural del kirchnerismo para 2011, según afirmó el canciller Héctor Timerman, pero antes deberá lidiar con una reestructuración de Gabinete que los analistas locales suponen lógica.

La economía creció a toda vela desde 2003, cuando asumió su marido, a un ritmo del 8% anual, salvo la recesión forzosa por el descalabro de la especulación financiera mundial en 2009, aunque el país aún arrastra una inflación del 25% anual, no reconocida por el Gobierno.

Néstor Kirchner heredó un país en la peor crisis histórica por el colapso de la economía tras el neoliberalismo implantado entre 1989 y 2001 por los gobiernos de Carlos Menem y Fernando de la Rúa.

Del gobierno del fallecido se recuerdan la reforma con miembros de prestigio en la Corte Suprema, los juicios por los crímenes de la dictadura (1976-1983), la estatización de los fondos privados jubilatorios en crisis, la cancelación de la deuda con el FMI y el arreglo casi total de la deuda en ‘default’.

En cambio, fue criticado por manipular los índices de inflación y por sus rasgos autoritarios que despertaron odios, incluso en sectores peronistas y de otras fuerzas de izquierda y de derecha.

Por Daniel Merolla
BUENOS AIRES, 29 octubre 2010 (AFP)

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Redacción Minuto30

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