Nicolás López Correa

Cada cierto tiempo, esta Colombia, mi Colombia mágica, magnífica, exuberante me da un nuevo tema, un nuevo motivo para poner en palabras mis reflexiones y sacar de forma racional la ira, de catalizar la bilis y volver ideas organizadas lo que me dice mi conciencia y mi sentido común.

Nicolás López Correa

Nicolás López Correa

El procurador ooohhh señor, tormento de tantos, excusa de otros, disculpa y comodín para otros muchos. Soy un hombre conservador y de un pensamiento de derecha, eso para empezar y poner en contexto esta columna, no sin antes aclarar que “amigo de Platón pero más amigo de la verdad”.

No pasa un día sin que alguien grite indignado sobre las decisiones del procurador y eso de novedoso nada tiene. Lo que me mantiene fuera de mi es que es sólo una distracción para justificar a aquellos que habiendo cometido una falta disciplinaria dicen que el procurador los persigue.

He oído de todo, que ejerce un súper control, que es un fanático religioso, que es un derechista, que es homofóbico o como decía una seudointelectualoida (perdóneseme la creación verbal) que escribe en un periódico de alta circulación de Antioquia, “ un misógino”, ¿puede que si y qué? Nadie va al fondo de las cosas. Todos buscan el muerto río arriba o la calentura en las sábanas. ¿Quién de esos genios y críticos por deporte se ha puesto a escudriñar bajo la tutela de un bien preparado abogado, ojalá especialista en derecho disciplinario sobre las motivaciones JURÍDICAS de las decisiones que tanto los hacen vociferar y en otros casos rebuznar???

Nadie busca la razón jurídica y se quedan con la “impresión” periodística o mediática, o peor aún con el tufillo oportunista de quienes se ven amenazados por la aplicación inflexible de la ley.

De las mas de mil doscientos (1.200) funcionarios entre alcaldes y gobernadores que el procurador ha destituido e inhabilitado ha habido de todas las tendencias religiosas y políticas, de todos los géneros y partidos, pero no he visto a nadie aferrarse tanto al poder como Petro con miles de argucias y argumentos dilatorios y de distracción. Ahora han aparecido los buitres del momento, oportunistas de la ocasión para deslegitimar de antemano eventuales decisiones que recaerán sobre funcionarios de su querencia o simpatía, y dicen ¿será el próximo fulanito?. Que falta de seriedad. Ojalá existiera la revocatoria directa de los diplomas profesionales en este país para que las facultades de las Universidades pudieran corregir sus errores retirando el aval profesional a muchos que si pasaron por la universidad, pareciera que decidieron olvidar todo conocimiento.

Yo no puedo creer que el argumento de muchos, pobre por cierto, sea cuestionar al procurador y sus fallos por lo que él es. Piden no ser discriminados pero a él lo discriminan y lo marginan y lo arrinconan por su credo y en razón de su partido y creencias políticas. Acaso sus planteamientos jurídicos pierden valor desde la hermenéutica por quien él es? No señor.

Otros optan por la más ridícula de todas, comparan procesos y faltas distintas en razón del “peso” político o mediático del procesado y por ende descontextualizan el resultado. Claro que al final si hay algunos más paupérrimos a la hora de argumentar y le restan valor a la justicia impartida diciendo que hay funcionarios que han cometido faltas más graves, como si eso automáticamente exculpara a quien, siendo de su gusto o simpatía, ha cometido también faltas disciplinarias. Como quien dice, señor procurador no condene a Petro o no vaya a formular cargos contra fajardo por la violación al régimen de inhabilidades, porque el superintendente financiero permitió un descalabro más grande con los de Interbolsa. Soberana tontería y despropósito que parece de niños entrando en la pubertad.

Vuelvo e insisto, soy conservador, soy de centro derecha y me dolió muchísimo la inhabilidad al exministro Fernando Londoño, así como la drástica decisión de inhabilitar a Andrés Felipe Arias por dieciséis años (16), pero no salí a la calle, ni escribí que era que debían inhabilitar a otros y hacer ojos ciegos de lo que a juicio del procurador era justo, ni a despotricar de él como persona. Para decirlo de otra manera, no pedí excepciones a la aplicación de la norma Disciplinaria.

Dejen ya la hipocresía y esa actitud amañada de justificar la ley y la justicia cuando toma decisiones que les parecen y desvirtuarla y quitarle respeto y valor cuando juzga contraria a sus intereses. La ley es la ley, y es dura, pero es la ley.

Señor procurador inhabilite y destituya a todo el que en justicia haya lugar. Cumpla su deber y mandato, Inhabilite y Destituya.

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Redacción Minuto30

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