Este proyecto, nacido por una propuesta de un español, una italiana y dos colombianos, fabrica prótesis para dos víctimas: un militar que perdió las dos extremidades superiores y una niña desplazada que perdió también una mano. EFE/Archivo
Este proyecto, nacido por una propuesta de un español, una italiana y dos colombianos, fabrica prótesis para dos víctimas: un militar que perdió las dos extremidades superiores y una niña desplazada que perdió también una mano. EFE/Archivo
Este proyecto, nacido por una propuesta de un español, una italiana y dos colombianos, fabrica prótesis para dos víctimas: un militar que perdió las dos extremidades superiores y una niña desplazada que perdió también una mano. EFE/Archivo

Prótesis hecha con una impresora 3D EFE/Archivo

El ruido intenso y robótico de una impresora se escucha de fondo, pero no hay bandeja, ni tinta, ni papel sino un hilo de plástico que crea formas en 3D, de donde saldrá una prótesis que puede mejorar la vida de víctimas de minas antipersona.

Alrededor de este proyecto hay personas de Colombia, España, Argentina, Italia, Ecuador y México, que desde el pasado martes participan en el Laboratorio de Innovación Ciudadana por la Paz que se celebra en Pasto, para dar soluciones concretas a problemas de las víctimas del conflicto armado.

Este proyecto, nacido por una propuesta de un español, una italiana y dos colombianos, fabrica prótesis para dos víctimas: un militar que perdió las dos extremidades superiores y una niña desplazada que perdió también una mano.

«Estamos trabajando con ellos, con su familia, conociendo su historia«, dice uno de los promotores del proyecto, el colombiano Esteban Paz, quien explica que en esos primeros encuentros aprovecharon para «tomar las medidas» de cada uno.

En ese sentido, recuerda como al principio estas dos personas se sintieron «un poco abrumadas» pero que tras «entender» el proyecto, la reacción fue «muy positiva».

«Ellos están esperando una ayuda, es lo nosotros queremos brindarle a ellos, para cambiar su vida porque nosotros no solo cambiamos una vida, cambiamos un universo», enfatiza.

Paz cuenta que las prótesis se fabrican en máquinas de impresión 3D, con diferentes tipos de material, principalmente plástico, y que con ellas intentan «solucionar necesidades puntuales» de las personas afectadas.

Así, a una pequeña estructura de plástico en forma de guante que cubre el muñón de una mano, se pueden añadir otras herramientas también hechas en la impresora 3D que permiten realizar acciones tan simples pero tan cotidianas como subir una cremallera o beber desde un vaso.

«Utilizamos estos gadgets -pequeños utensilios en forma de gancho o tubo- para que una persona pueda lavarse los dientes, poder tomar un lapicero o abrocharse la camisa», explica.

Otro de los aspectos que destaca Paz es el menor costo de estas prótesis, gracias a unos materiales «de muy bajo costo y fáciles de conseguir en el mercado».

Al tiempo que crean estas prótesis en el Laboratorio, escriben una guía para que la metodología pueda replicarse allá donde haya una impresora 3D.

Por su lado, otro de los promotores del proyecto, el español Francisco Díaz, cuenta que aunque «no hay estimaciones exactas» tan solo en Nariño hay unas 900 personas afectadas por los efectos de estos artefactos explosivos.

«Estamos trabajando de manera colaborativa entre ciudadanos de medio mundo que conseguimos fabricar una solución efectiva, rápida, sencilla y super económica para las personas afectadas», explica.

Díaz rescata el hecho de que de esta forma, fabricando de manera colaborativa y con licencia libre, instituciones públicas y privadas pueden «involucrarse» para dar una «solución rápida en esta emergencia que actualmente hay en este proceso de paz».

Asimismo, destaca la importancia de que estas soluciones se generen «desde la ciudadanía» y donde «los propios ciudadanos son parte de la resolución del problema».

«Ellos participan en cómo se va a solucionar su caso concreto, y son no solamente unos beneficiarios sino una parte activa de la resolución«, subraya.

Estas once personas, varios de ellos venidos de lugares muy distintos a Colombia, confían en que este diseño ayude a construir la paz del país.

«La paz no es una cosa de firmar un papel, la paz se construye en estos espacios, colaborativos, y la paz consiste en colaborar unos con otros«, remata Esteban Paz. EFE

Compartir:
  • Comentarios

  • Anuncio