Medellín inició la semana con la lamentable noticia de un hombre que decidió quitarse la vida lanzándose del piso once del edificio Ceiba, ubicado en el centro. Este caso, conmovió y preocupó a la comunidad, porque se le atribuyó a “problemas de salud mental”, pero siendo aún más triste y preocupante, se confirmó que su muerte fue impulsada por un tipo de extorsión que venía cargando desde hacía un mes.
Don Gilberto tenía 60 años, los había cumplido hacía un par de meses y anhelaba como muchos, que llegará el día de su pensión, para poder seguir gozando de su vida. Sí, gozar de su vida, porque este hombre, amaba vivir y lo demostraba a todos los que le rodeaban.
Lastimosamente, en un leve aprieto económico y tentado por la facilidad de crédito que le pintaron a través de redes sociales, decidió tomar un préstamo mínimo de $400.000 con el cual esperaba poder ayudar a un familiar.
Y aunque sus intenciones eran muy buenas, tan buenas como él, este préstamo fue el que terminó quitándole la vida, así, lo hizo saber una persona allegada.
Según la información entregada por una fuente cercana al fallecido para nuestro medio Minuto30, “don Gilberto fue estafado, chantajeado, manipulado, amenazado, acosado, y todos los verbos existentes de este tipo.
Y es que es verdad, “de eso tan bueno, no dan tanto y menos si es plata”. Don Gilberto pecó de ingenuo y de buena gente y como muchas personas adultas, no analizó el riesgo que tiene descargar una aplicación y aceptar los términos y condiciones que hay en ellas.
Sí, y es que de verdad toda esta dolorosa historia inició por un préstamo de poco dinero mediante una aplicación que prometía “dinero fácil”, pero que terminó quitándole la vida a un hombre bueno, que estaba a punto de pensionarse.
Así inició el “préstamo” que terminó quitándole la vida:
Don Gilberto prestó $400.000 con “facilidades de pago” y los cuales fueron consignados de inmediato, pero lo que no se esperaba es que al día siguiente ya le debía a esta gente $900.000 pesos, estaba siendo amenazado para que los pagara y además, todos los contactos que tenía en su teléfono, todos, incluyendo familiares, amigos y compañeros de trabajo, recibieron mensajes de texto donde le hablaban pestes de él, porque supuestamente era una persona “malapaga”.
Pero esto solo fue el principio, con los días los mensajes iban subiendo de tono, así, como también iba subiendo la cuenta a deber, pues a la cuenta de este adulto de 60 años, fue consignado más dinero que nunca solicitó, pero con el que esta “organización” tenía más poder para seguir cobrando y amenazando.
Sí intentó buscar ayuda, pero no tuvo las mejores respuestas:
Desesperado, porque ya los mensajes que llegaban a sus contactos, lo tenían como un hombre “violador y ladrón”, decidió buscar ayuda ante las autoridades, pero no consiguió una muy pronta ni la mejor porque “su vida no estaba realmente en riesgo”. También prestó dinero para intentar abonar a esta cuenta que seguía creciendo desmedidamente.
Y aunque logró prestar una parte del dinero para pagar, aún debía más, pero en realidad, para don Gilberto el dinero no era lo que más le preocupaba, sino las amenazas que estaba recibiendo en estos mensajes de texto, donde también seguían atormentando a sus conocidos.
Con ayuda de conocidos intentó buscar información de esta aplicación, de los teléfonos de los cuales recibían los mensajes y llamadas e incluso, hasta de la cuenta bancaria de donde se le fue depositado el dinero, pero misteriosamente, no encontraban nada. En internet no hay rastro de esta organización, incluso, se pudo confirmar que los números telefónicos de donde llamaban eran clonados.
El lunes, 8 de mayo, envuelto en angustia, don Gilberto no llegó a su trabajo a las 5:00 am como suele hacerlo, pasaron las horas. A las 9:00 de la mañana en su trabajo se preocuparon, pero imaginaron que había ido a prestar dinero para solucionar esta situación y esperaron…
Hasta que sobre las 10:00 de la mañana se enteraron de la lamentable noticia, “ Hombre se lanzó de un edificio del centro de Medellín”, y uno de los familiares recibió una llamada de la Secretaría de Salud, para informarles lo sucedido don Gilberto.
Aunque fue rescatado y llevado al hospital, luego de varios intentos médicos por salvarle la vida, unas horas después, don Gilberto falleció.
Es importante mencionar, que según un testimonio familiar, don Gilberto expresó al médico que antes de caer se sintió mareado, por lo que ellos dudan, que en realidad, haya tenido intención de lanzarse.
Además conocidos, mencionan que probablemente se fue para el centro a buscar ayuda de un abogado, pues llevaba un mes sin dormir bien y rogando una solución a estas amenazas que le hacían temer por su vida y por la de sus conocidos. No logró conseguirla, y su final no fue el que él quería ni mucho menos, el que su familia esperó.
La verdadera cara de lo que sucedió este lunes 8 de mayo, donde don Gilberto cayó del piso once del edificio Ceiba en el centro de Medellín, es contada públicamente, para que las personas no caigan en este tipo de “promesas”, para que no se dejen engañar, ni mucho menos dejar llevar por el desespero que una difícil situación puede tener.
Los conocidos de don Gilberto, no quieren más muertes como las de él. “Tengan cuidado y no caiga en estos mágicos prestamos que hacen por internet”
Es importante mencionar que tras su muerte, los amigos, conocidos y familiares, siguieron recibiendo mensajes y ahora llamadas donde prometen “entregar un paquete”. Las amenazas han aumentado, pues ahora sabiendo que ya él no está en este plano, dicen que alguien “debe responder, o se atienen a las consecuencias”.
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