Gustavo Coronel

En Venezuela el barril de petróleo más abundante es el de la Faja del Orinoco. En USA el barril de petróleo que ha revolucionado la ecuación energética de ese país es el barril de petróleo de lutitas. Ambos son de naturaleza muy diferente y su producción, costos y riesgos ambientales son también diferentes.

Gustavo Coronel

Gustavo Coronel

El barril de petróleo de la faja es pesado (su gravedad específica es cercana a, y, en ocasiones, mayor que la del agua) y viscoso, es decir, no fluye fácilmente. En algunos casos puede ser casi como una melcocha. Contiene un alto porcentaje de azufre y algunos metales como vanadio y níquel. Para que salga del pozo a la superficie con frecuencia hay que calentarlo en el subsuelo, a fin de que fluya. Por su composición y propiedades físicas no es comercial tal como sale del pozo a la superficie sino que hay que mejorarlo, a fin de que pueda ser utilizado por los clientes que requieren un producto más liviano. La manera de mejorarlo es sometiéndolo a un proceso de refinación profunda en plantas especiales, las cuales fueron construidas por empresas estadounidenses y europeas en el pasado pero ninguna otra se ha construido en los últimos 15 años. De ese proceso de refinación profunda se obtiene, por un lado, un petróleo más liviano que puede comercializarse y un residuo llamado Coque, de bajo valor, el cual no es fácil de vender o de eliminar, lo cual obliga a la empresa que lo produce (PDVSA) a acumularlo en algunas de sus áreas de operaciones, formando montañas artificiales que presentan un grave problema ambiental.

El barril de petróleo de la faja se convirtió a través de los años en un símbolo político. Como hay muchos barriles en el subsuelo de la Faja se pensó que ello le daba a Venezuela un sitio privilegiado en el mundo de la energía, es decir, que convertía al país en una potencia energética y financiera. Como sucedió con Florinda, aquella bella joven en el poema de Andrés Eloy Blanco, quien tenía flores para regalarle a la primavera (juventud y belleza) , los representantes del barril de la faja desdeñaron a muchos pretendientes por años. Los intentos de “matrimonio” terminaron en rencillas con los pretendientes porque se pensaba que eran unos interesados, sin verdadero amor.

Hoy en día, con su primavera ya lejana, lo mismo que a Florinda en invierno, al barril de petróleo de la Faja apenas lo rondan pretendientes de muy dudosa calidad.

Por ello el barril de la faja aún permanece esencialmente en el subsuelo, no termina de salir a la superficie, porque quienes tienen el poder de decisión ni lavan ni prestan la batea. La relación entre reservas y producción es anormalmente baja, es decir no se está desarrollando el recurso. El gobierno habla sin cesar de lo que van a hacer pero no han hecho nada en los últimos 15 años. Mientras tanto, otros barriles de petróleo en diferentes partes del mundo están siendo desarrollados, quitándole al barril de la faja el mercado que hubiera podido lograr.

A diferencia de esta historia de atrasos, indecisiones e ineptitudes, el barril de petróleo de lutitas ya abunda en USA, llevando este país a una situación de auto-suficiencia energética mucho más sólida. Se piensa que en 2018 USA será el productor de petróleo mayor del mundo, superando a Rusia y a Arabia Saudita. El barril de petróleo de lutitas durmió un sueño largo y se llegó a pensar que nunca sería producido comercialmente. La razón era que se encontraba aprisionado en rocas muy poco permeables (muy densas, sin intersticios vacíos o porosos), las cuales no permitían que el barril saliera de su “prisión”. Un petrolero del sector privado, George Mitchell, se alió con el gobierno estadounidense para crear técnicas que permitiesen liberar ese barril. Por unos 25 años perseveró en su empeño, gastando una buena parte de su fortuna y la de otros. Finalmente logró estructurar un mecanismo de perforación de pozos horizontales para llegarle a las lutitas y, mediante la inyección de grandes volúmenes de agua a presión, fracturar la roca a fin de liberar el petróleo allí contenido.

Este petróleo así producido es generalmente muy liviano y de buena calidad, a diferencia del barril de la faja y no requiere tratamientos costosos para ser comercializado. Sus problemas ambientales están relacionados con el uso intensivo del agua para el fracturamiento de las lutitsa, lo cual hace que afecte a algunos sectores agrícolas y urbanos de los países donde se produce. En China, por ejemplo, hay grandes yacimientos de este petróleo de lutitas pero China tiene una gran escasez de agua que impide la producción de ese petróleo en gran escala.

El pionero de este sistema de producción hizo mucho dinero con sus métodos. Falleció hace poco, pero pudo ver como sus técnicas produjeron una verdadera revolución energética en los Estados Unidos y en el mundo. Gracias a este barril de petróleo de lutitas USA ha dejado de depender, en gran medida, de la importación de petróleo extranjero y proyecta convertirse en exportador de petróleo en el futuro, lo cual representa una revolución mundial en el campo de la energía.

Hoy en día, además de los Estados Unidos, en algunos países como Argentina, Polonia, China y México se está comenzando a producir petróleo de lutitas. También continúa progresando en todo el planeta el uso de fuentes de energía renovables, como la solar, la eólica (viento) y los biocombustibles. En el sector transporte comienzan a aparecer los autos eléctricos y algunos aviones ya han volado con biocombustible o con energía solar. Estamos en pleno umbral de una gran transición de los combustibles fósiles a fuentes más limpias de energía. Mientras esta transición se lleva a cabo, el barril de petróleo de lutitas y el barril de petróleo de la Faja siguen, cada uno, su curso.

Uno, el barril de la Faja, llevado de la mano por ideólogos ineptos empeñados en mantenerse aislados del mundo civilizado y viendo como su Florinda se enfrenta con el invierno, cada vez más solitaria y sin mayores pretendientes serios. Otro, el barril de petróleo de lutitas, manejado por empresarios emprendedores y sin complejos, empeñados en mejorar sus técnicas y en bajar los costos de producción de su barril.

La historia de estos dos barriles de petróleo muestra claramente que la realidad petrolera no tiene mucho que ver con los dogmas políticos ni con los complejos de inferioridad de líderes resentidos sino con la técnica, el empeño de los pioneros y la alianza sana entre el sector privado y el sector oficial.

Lo demás es cuento.

Author Signature
Redacción Minuto30

Lo que leas hoy en Minuto30... Mañana será noticia.

  • Compartir:
  • Comentarios

  • Anuncio