Hecho a mano: El arte a pulso

Los productos artesanales forman parte de la historia y el patrimonio de Colombia, además representan una fuente de ingresos para comunidades vulnerables, como los indígenas y las madres cabeza de hogar; el arte hecho a mano sirve para mostrar la cultura del país al extranjero y recordar al local, lo autóctono de un territorio tan rico como el colombiano.

El Ministerio de Comercio, Industria y Turismo señala que Colombia superó el récord de visitantes durante el 2017, jalonando los ingresos de divisas sobre los 5 mil millones de dólares, lo cual supuso un impacto positivo para muchos sectores económicos del país, entre ellos las artesanías, alzando ventas superiores a los $25.400 pesos colombianos.

La proyección de ventas esperada en el sector de las artesanías para el 2017 era de $24.392 millones, según cifras otorgadas por Artesanías de Colombia, sin embargo, obtuvo un crecimiento del 10% frente al año pasado, cuando se generaron $23.193 millones. Para el 2018, el sector espera vender $26.670 millones, gracias a la penetración de más participantes en el mercado.

Por su parte, las dos ferias de mayor magnitud en el país, Expoartesanías y Expoartesanos, generaron $16.313 millones el año pasado, mientras que los trabajadores particulares del arte hecho a mano, lograron ingresos por $1.750 millones.

Durante el 2011 entró en vigencia el programa de ampliación de cobertura, el cual ha representado un gran crecimiento en la inversión y el fortalecimiento de las artesanías colombianas. En 2010, por ejemplo, los recursos dirigidos a este fin fueron de $2.411 millones, en 2014 por encima de los $19.000 millones, mientras que en el 2017 la industria recaudó $12.570 millones, según cifras del Presupuesto General de la Nación.

Otra de las iniciativas que han aportado al crecimiento de la industria, son los laboratorios de innovación y diseño, los cuales otorgan capacitación a los artesanos en aspectos como: imagen, tendencias, vitrinismo y manejo de marcas colectivas. Existen 30 de estos laboratorios y se espera que en algunos meses dos más sean activados.
El consumo de artesanías se mueve tanto al interior del país, como en el exterior de este, generando estrategias de identificación, amor y respeto por lo autóctono entre los locales, al destacar aspectos como el trabajo manual, la calidad de los productos y sus características únicas.

Procolombia indica que en el 2017 las exportaciones de artesanías generaron $39,2 millones de dólares, frente a los $35,9 millones obtenidos en el 2016, siendo Japón, España y Perú los países con una mayor inversión a la hora de comprar este tipo de productos.

Las opciones son muchas, entre las piezas más comunes se encuentran las mochilas tejidas, mayormente por mujeres Wayuu pertenecientes a la península de La Guajira, las cerámicas de Ráquira, elaboradas con agua, tierra, aire y fuego, el sombrero vueltiao, uno de los símbolos tradicionales más representativos de Colombia, la ruana típica de América Latina, las alpargatas utilizadas comúnmente por algunos campesinos colombianos o para realizar danzas como la cumbia y el porro.

Sin embargo, no es requisito pertenecer a un grupo étnico especifico para desarrollar arte a mano, existen todo tipo de artesanos, algunos incluso poseen grandes tiendas en ciudades principales como Bogotá, Medellín, Cartagena y Cali; también es común ver a muchos viajeros que subsisten de esta manera. No puede negarse entonces el gran auge que este tipo de productos ha alcanzado, invertir en la industria artesana del país es una idea de negocio muy prometedora en el mundo del emprendimiento.

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Abogado especialista en Derecho Empresarial
Magister en Economía Aplicada