Foto: @MinTransporteCo

Las aerolíneas de bajo costo están atravesando una tormenta inesperada. Mientras que Viva Air será denunciada por el gobierno por el delito de estafa con el argumento de que la empresa vendió miles de pasajes “a sabiendas de que iba a suspender operaciones” , Ultra Air fue puesta bajo observación pública por una posible quiebra que también le obligaría a paralizar sus operaciones.

Viva Air ya no tiene retorno. Su integración con Avianca se vio frustrada por la decisión del gobierno de escuchar en el proceso las opiniones de la competencia (Ultra Air, entre ellos) y condujo a que la aerolínea no tuviera opción distinta a parquear sus aviones, pues los tiempos de espera para una decisión ya no le favorecían.

Tenía pendientes los pagos de los arriendos de sus aviones, el combustible, los slots en el aeropuerto y la nómina de sus empleados. Para eso necesitaba el músculo financiero inmediato de Avianca. Pero la Aerocivil alargó las etapas, primero por desconocimiento de la ley que debía aplicar desde hace siete meses cuando se le solicitó la integración ( la entidad aplicó la ley equivocada y en consecuencia el proceso debió empezar prácticamente de cero cuando ya habían pasado varios meses) y segundo por su decisión de darle espacio a los alegatos de la competencia que pedían pista, pues tenían observaciones que hacer frente a la integración, con el argumento de un posible monopolio de mercado.

Así las cosas, el tiempo copó la oportunidad de sacar de afugias a Viva Air y ésta terminó en pedazos, reputacional y financieramente. Hoy Viva está prácticamente muerta.

Su decisión de indemnizar a sus trabajadores tiene ahora tropiezos por la decisión de la Superintendencia de Transporte de intervenir la empresa. Nada se puede hacer sin su permiso en algunos casos, y de la Superintendencia de Industria y Comercio, en otros.

Para completar la debacle, tiene sobre sus espaldas la denuncia penal en contra de sus directivos por estafa. Cosa seria y de largo aliento.

Por el lado de Ultra Air, luego de que un medio se convirtió en caja de resonancia de una presunta y grave crisis en su caja registradora, la aerolínea salió al paso con un comunicado en el que desmiente lo dicho y asegura que todo está bien.

Pero el Ministro de Transporte, Guillermo Reyes, dijo minutos después del comunicado de Ultra Air que sabía de los problemas financieros por los que estaba atravesando la aerolínea y ordenó una revisión minuciosa de sus activos y pasivos, pues “no quiere ser el responsable si la empresa decide cesar operaciones el fin de semana”.

Esas declaraciones son poco más que una condena a la empresa de bajo coste que no ha cumplido un año de operación. Las palabras del ministro impactan a los posibles viajeros que ahora lo pensarán dos veces antes de comprar tiquetes en Ultra Air. Nadie quiere pasar por el calvario que le ha tocado a los usuarios que compraron más de dos millones de pasaje en Viva Air y quedaron mirando el techo cuando la empresa colapsó.

Ultra Air ha vendido poco más de doscientos mil pasajes antes de que se revelara la supuesta crisis.

Ahora el gobierno se pone al tanto y empieza a revisar con minucia dónde están los activos de la empresa, afectada también por el precio del dólar y el alza en los combustibles.

Más noticias de Economía

Author Signature
Redacción Minuto30

Lo que leas hoy en Minuto30... Mañana será noticia.

  • Compartir:
  • Comentarios

  • Anuncio