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Miles de personas asisten a una edición del Festival Cordillera, en el Parque Simón Bolívar, en Bogotá (Colombia). EFE/Carlos Ortega

Bogotá, 2 may (EFE).- El Festival Cordillera volverá por segundo año consecutivo al parque Simón Bolívar de la capital colombiana el 23 y 24 de septiembre después de un rotundo éxito en su primera edición, que logró congregar a los mayores representantes del panorama musical latinoamericano en Bogotá.

En esta ocasión, «la apuesta por la sostenibilidad del Festival Cordillera es una realidad», anunciaron este martes los organizadores Ocesa Colombia y Páramo Presenta por medio de un comunicado.

De hecho, el Cordillera nació con el espíritu de «celebrar los sonidos latinoamericanos y la sostenibilidad ambiental».

Maná, Caifanes, Julieta Venegas, Los Fabulosos Cadillacs, Babasónicos, Mon Laferte y otras leyendas de los sonidos latinoamericanos fueron los encargados de llevar la fiesta en el primer festival. Por el momento, se desconoce los artistas que formarán parte del cartel de este año.

Para celebrar el regreso del festival, nacen los Sudamerican Rockers, una comunidad «compuesta por todos aquellos fanáticos de los sonidos latinoamericanos» que vio la luz el año pasado y de la que se podrá formar parte comprando las entradas para los dos días a un precio especial.

El Cordillera regresa en esta segunda edición después de que su predecesora transformara el parque Simón Bolívar en «el primer parque carbono neutro de América Latina».

Para eso se verificó que el escenario estuviera «cumpliendo con todas las medidas para que el carbono generado al interior (…) sea neutralizado con la compensación que se hace a partir de diferentes acciones como el manejo de los residuos sólidos», señaló la directora del Instituto Distrital de Recreación y Deporte (IDRD), Blanca Durán, en 2022.

También en la edición pasada se lanzó una campaña en la que por cada transacción realizada se sembraba un árbol nativo en el páramo de las Cuchillas en Cundinamarca (centro), con lo que se logró sembrar 19.395 árboles, incluyendo especies como el frailejón, el raque, el totumo, el siete cueros, el ají de páramo, entre otros.

El primer festival de música totalmente sostenible en el mundo «debía sembrar 3.233 árboles para compensar su impacto. Al final, fueron más de 19.000 árboles sembrados. La compensación fue mayor», concluyó el comunicado.

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