En la siempre caótica carrera de Singapur, en la que ocho coches no vieron la bandera de cuadros, nada mejor que seguirlo todo desde el retrovisor. Fernando Alonso salió primero, defendió su puesto en la primera curva y aguantó durante 61 vueltas la presión de Sebastian Vettel para lograr el fin de semana soñado: pole, vuelta rápida y victoria. Segundo triplete consecutivo. «La carrera perfecta», en palabras del piloto español.

El asturiano se sitúa segundo en el Mundial a tan sólo 11 puntos de Mark Webber cuando faltan cuatro pruebas para el final. Ferrari confirma con esta segunda victoria consecutiva que ha reservado su mejor forma para la recta final. El pesimismo de hace tan sólo un mes se ha tornado en euforia en la escudería italiana.

La carrera más larga y dura del campeonato, cerca de dos horas bajo un sofocante calor tropical, se decidió por tan sólo dos décimas. Vettel aprovechó el tráfico de cinco coches doblados para pegarse a Alonso en las últimas curvas, forzando al español a conducir al límite hasta la meta. «Esperaba que se diera contra el muro», bromeó Vettel en la rueda de prensa posterior al describir su presión.

La victoria del doble campeón del mundo tuvo más valor después de que Lewis Hamilton no pudiera acabar tras colisionar con Webber en un incidente que fue investigado por los jueces, pero que terminó sin sanción para el líder del Mundial. El piloto británico arrojó el volante de su monoplaza al suelo visiblemente enfadado: era su segundo accidente consecutivo y ponía en serios aprietos su ofensiva por el título.

El coche de seguridad no tardó en aparecer, como estaba previsto en el complicado circuito urbano de Marina Bay y a pesar de que se corrió sobre seco. Lo hizo en la tercera vuelta. Webber decidió arriesgar y hacer su parada, una estrategia que le serviría para adelantar a los McLaren de Hamilton y Jenson Button cuando les tocó cambiar neumáticos a mitad de carrera. Alonso y Vettel, que habían intercambiado vueltas rápidas desde el comienzo, sin que el español lograra despegarse del piloto alemán, entraron en boxes en la misma vuelta (29) y continuaron después su particular duelo, ajenos a lo que ocurría detrás. Una segunda aparición del coche de seguridad en la vuelta 32 no cambió las cosas en cabeza.

Alonso se vio obligado a defender su posición ante un coche ligeramente más rápido para lograr la 25ª victoria de su carrera, sumar su podio 60 y acercarse a su objetivo de conseguir su tercer campeonato, que le igualaría a leyendas como Senna o Lauda. La mejor noticia para el español fue haber comprobado que su triunfo en Italia hace dos semanas no fue casualidad y que Ferrari vuelve a ser favorito para el título.

Vía ElMundo.es

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Redacción Minuto30

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