El día sábado 23 de septiembre, Pastor Alape, representante de las FARC, representó a su grupo en una ceremonia en la parroquia de Santa Bárbara en el municipio de Granada, uno de los pueblos de Antioquia más maltratado y magullado por la dureza del terrorismo, esta población fue víctima de varios ataques y episodios de violencia encabezados por el grupo guerrillero.

Siendo sinceros, como olvidar aquel 6 de diciembre del año 2000 cuando el reloj de ésta misma iglesia marcaba aproximadamente las 11:30 de la mañana, y un carro bomba de 400 kilos de dinamita(el segundo más potente instalado por un grupo terrorista en Colombia) fue detonado cerca del comando de policía, siendo el inicio de una toma guerrillera que cobró la vida de 23 ciudadanos y 5 policías, destruyó 110 viviendas, 55 locales comerciales, el mismo comando de policía, y dejó perjuicios en las redes de servicios públicos de energía, acueducto y alcantarillado.

Ahora, casi 17 años después, aparecen voceros de esta organización criminal tratando de hacer las veces de agentes del perdón y la reconciliación, cuando en abundantes ocasiones, estos mismos representantes han manifestado que las heridas profundas que han dejado a través de los años son consecuencia de la dinámica de la guerra, en palabras de Rodrigo Londoño alias Timochenko, en una entrevista realizada por Telesur, «cuando uno pide perdón es porque se arrepintió de algo, yo no me estoy arrepintiendo de haber hecho lo que haya hecho».

También de Jorge Torres Victoria, alias Pablo Catatumbo, en una entrevista realizada por CARACOL «tu me dices, bueno usted va a pedir perdón, y yo le digo perdón ¿a quién?, perdón ¿por qué?, ¿perdón por levantarme en armas?. O la famosa y «jocosa» respuesta del señor Seusis Pausias Hernández, alias Jesús Santrich, a la pregunta, ¿están preparados para pedir perdón….? «quizás, quizás, quizás». Cabe recordar también las palabras de Luciano Marín Arango, alias Iván Márquez, en el año 2009, «la paz es nuestra estrategia, y el accionar del movimiento armado empuñando la bandera de la alternativa política la táctica para llegar a ella» «la insurrección se anuncia con el espíritu de paz».

Dicho esto, recuerdo la curiosidad histórica de la antigua figura del cortesano, y la comparo con el accionar de las FARC en la actualidad, amables y corteses pero su agresión es indirecta, pues juegan sutilmente con las apariencias. Aduladores y conspiradores, que alcanzan su plenitud en un mundo en el cual, para ellos, todo gira en torno al poder y la habilidad política. Se someten a veces a sus superiores, pero queriendo reafirmar su poder sobre los demás de la forma más indirecta y falsa. Dominadores de la ciencia de la manipulación, magos de la apariencia, pues saben que la mayoría de las cosas se juzgan según lo que parecen, y sólo dejan ver a los demás lo que ellos quieren que vean.

Se convirtieron en el favorito del autoproclamado rey y ahora gozan de todos los beneficios de tal posición, y a menudo, pueden terminar siendo más poderosos que el propio soberano, pues también son magos de la acumulación de influencia.

Al parecer, la vida cortesana ya no es una reliquia del pasado.

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Redacción Minuto30

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