Indignación. Eso fue lo que sentimos los colombianos al escuchar la respuesta de Jesús Santrich cuando le preguntaron si pedirían perdón a sus víctimas. Aún retumba en nuestra memoria el famoso “quizás, quizás, quizás…”, como muestra del nulo arrepentimiento de las Farc por sus más de 50 años de crímenes. Y ese era solo el comienzo.

Sintiéndose seguros en medio de un halo de impunidad, las Farc han sobrepasado su propio cinismo. Cuando un periodista de RCN le preguntó si liberarían a todos los menores reclutados, Iván Márquez contestó que pedir su liberación era “por joder”.

La reciente presencia de Santrich en el Congreso generó un nuevo debate. ¿La razón? Primero porque las Farc no han pasado por la justicia transicional que ellos mismos diseñaron, la JEP, y desde ya andan por todo el país haciendo política. Y segundo, porque la bancada del Centro Democrático, por coherencia, se retiró de la Comisión Primera, no sin antes, decirle varias verdades, entre ellas asesino, a Santrich.

Y causó mayor indignación que Santrich, desde su cuenta de Twitter, amenazara al Representante Edward Rodríguez, con demandarlo por llamarlo asesino, ya que él se encuentra amnistiado y no hay forma de comprobar sus crímenes.

Cínicos. Las Farc, criminales de todas las horas, no pueden hoy posar de dignos y amenazar con demandar a todo aquel que les diga unas cuantas verdades en la cara. Los criminales no dejan de ser criminales, mucho menos si no pasan por la justicia y no muestran el más mínimo arrepentimiento, como es su caso.

Para comprobar sus crímenes está la Fiscalía, que ya tiene tres órdenes de captura en su contra, además de pertenecer al Secretariado de las Farc, lo que lo convierte en directo responsable de muchos más crímenes.

Además, la prepotencia sin límites de Santrich no deja que recuerde que los delitos de lesa humanidad no pueden ser amnistiados. Si la justicia en Colombia no actúa, lo hará la Corte Penal Internacional. Delitos como el secuestro sistemático, el reclutamiento y las violaciones sexuales, por mencionar algunos, son delitos de lesa humanidad que no pueden ser amnistiados. Santrich y sus camaradas de las Farc deben pagar.

Y es que el Gobierno y las Farc olvidan un principio fundamental de los delitos de lesa humanidad: la responsabilidad individual. Los crímenes los cometen las personas, no los grupos. Es imposible diluir las responsabilidades individuales argumentando que los crímenes los cometió Farc como grupo. El derecho internacional no lo permite.

Nuestra responsabilidad como ciudadanos, es no dejar que el país olvide los crímenes que las Farc cometieron y que quedarán en la impunidad por cuenta de la Justicia Especial. Los criminales quieren cambiar la historia: pasar de asesinos a próceres de la patria. No lo permitiremos.

Es por ello que, si la justicia en Colombia, gracias a Juan Manuel Santos, no actúa frente a los más atroces crímenes de las Farc, lo mínimo que merecen los terroristas es la sanción social de los ciudadanos. Llamar al narcotraficante, narcotraficante, al violador, violador, al reclutador, reclutador y al asesino, por lo que es, un asesino.

@andresportillo_

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Redacción Minuto30

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