Antioquia se perfila como uno de los laboratorios de las elecciones de 2022 y, como no es sorpresa, estará marcado por la radicalización de las posturas políticas abrazadas por la tradicional politiquería, las nuevas formas de hacer política y las falsas mentiras que venden los politiqueros de ser de los mesías que salvarán el país.

Este panorama se ha vuelto recurrente en la política local, pues dos de grupos políticos sobrepasan la imaginación para utilizar estrategias que venden humo y hacen el papel de jueces para incautar electores; la misma estrategia que utiliza tanto el Fajardismo como el uribismo, ambos con rabo de paja, señalados por la justicia por vínculos con grupos ilegales, corrupción y clientelismo.

Tanto el uribismo como el fajardismo acuden a repetidas mentiras o aumentan realidades para parecer que el control político que hacen desde sus concejales, es la justa es la razón para defender sus posturas y darle claridad a los paisas. También utilizan a sus alfiles políticos acomodados en el concejo de Medellín para afianzar una carrera política de cara al 2022.

Por el lado del uribismo, ondean como bandera de batalla todos los íconos de la ciudad para atacar la administración municipal, apelan al sentimiento que es la estrategia que les ha funcionado por años para poder manipular, dicen muchas veces la misma mentira para volverla realidad, estos personajes se declararon en oposición abierta desde que perdieron la alcaldía en 2019.

Ahora se suma con la misma estrategia el fajardismo, a tal punto, que se han visto reunidos en diferentes escenarios a los concejales del Verde Daniel Duque, de Todos Juntos Daniel Carvalho y Simón Molina de los uribistas, incluso en las mesas del concejo de Medellín, una amistad muy conveniente gracias a sus mismos objetivos políticos, y como si fuera poco, un apoyo público en redes por parte de la senadora Paola Holguín, quien hace parte del ala ultraderechista del uribismo con el grupo los Paolos.

Tras la división generada en el partido verde al no considerar que Fajardo sea el candidato único que los represente, habrían dos claras facciones que están enfrentadas: un sector del Verde tradicional y otro fajardista; la fuerte división entre los Verdes en Antioquia se seguirá manteniendo y al parecer esto puede llegar a afectar gravemente las decisiones que se tomen en el partido de cara al 2022 sumando a los escándalos en los que se han visto envueltos ambos partidos políticos, entre los más nombrados están Hidroituango, EPM y su relación con grupos al margen de la ley.

Para terminar mi opinión, detrás de los escándalos y para limpiar la ya deteriorada imagen de dichos partidos políticos, aparecen los grupos prorevocatoria con ínfulas de independientes, pero detrás de ellos siempre veremos el apoyo público por parte de ambos sectores políticos, se venden como independientes que aparentan distancia, pero que finalmente detrás de bambalinas se hacen guiños porque aparecen con una cercanía asustadora, porque hacen exactamente el papel de opositores sin un argumento válido, solo con un propósito claro, retomar el poder para el beneficio de los verdes o del uribismo en Antioquia. Se convierten en movimientos políticos.

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Redacción Minuto30

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