En el periodo en que Fajardo estuvo gobernando a Medellín y Antioquia, tanto el departamento y su capital, sufrieron graves daños económicos que, a hoy, generan un duro golpe a la economía, no solo en la capital antioqueña, sino en todo Colombia.

El caso más grave y aún vigente es Hidroituango, pues muchas irregularidades se dieron en la época en la que Fajardo fue gobernador (2012 – 2015), a quien la Contraloría le imputó en su momento, cargos por acción y omisión por “culpa grave”, al no estar al tanto de un proyecto que es primordial para la estabilidad energética del país y para el desarrollo de 12 municipios de Antioquia.

Sobre Fajardo pesan dos reprensiones fundamentales que generaron la imputación de cargos: la primera es que se terminaron tomando decisiones que generaron atrasos, mayores costos y pérdidas. Según la Contraloría, citando jurisprudencia de las altas cortes, la delegación que hizo Fajardo a la junta directiva de Hidroituango «no lo exime de responsabilidad».

En segundo lugar, porque siendo gobernador, y a pesar de que conocía las situaciones irregulares que se estaban presentando, no tomó acciones o dio instrucciones efectivas para contrarrestar o mitigar los efectos negativos, no asistió a ninguna de las sesiones de la junta directiva y aunque fue informado de los graves atrasos, no dio ninguna orden para frenar los problemas.

Ahora bien, Orbitel, otra empresa que fue insignia de los paisas, no se puede olvidar que en la alcaldía de Fajardo en 2006, EPM decidió comprar las acciones que tenían los grupos Sarmiento Angulo y Bavaria (cada una con el 25 por ciento) en Orbitel, una empresa de telefonía fija.

Lo hizo por 80 millones de dólares, una valoración que ha sido criticada por supuestamente haber sido demasiado elevada debido a que se basó en su apuesta por la tecnología Wimax (una alternativa a WiFi), que fracasó y por eso no atrajo la cantidad de clientes que necesitaban. Al final, UNE, filial de EPM, absorbió a Orbitel y eliminó su marca, que era reconocida y querida.

Otro escándalo fue la hidroeléctrica de Bonyic en Panamá cuando empezaron con la construcción por parte de EPM en 2007, -según registro de la Contraloría general de Medellín 2018- con diseños de Integral y construcción de Conconcreto, obra programada para ser ejecutada en 5 años con 100 millones de dólares y se tomó 9 años y 350 millones de dólares. No es fácil encontrar una inversión o construcción por parte de EPM, en los últimos 15 años, que no haya dejado pérdidas o sobrecostos.

El detrimento del patrimonio público y sobrecostos por errores de diseño y constructivos que, sumados al lucro cesante, alcanzan la considerable cifra de los 10 billones de pesos. Y allí están involucrados varios de los que gozaban de particular protección desde las gerencias y Juntas de la empresa en aras de ser aliados de EPM, con el argumento de esa alianza estratégica en el gobierno de Fajardo, Integral y Conconcreto no respondieron nunca por los sobrecostos en la represa de Bonyic en Panamá.

Y se le suma a la lista otro gran fracaso de Fajardo, la compra de TICSA, una empresa dedicada al diseño, construcción y operación de plantas de tratamiento de aguas residuales en México en 2013. Uno de los hallazgos más relevantes que hizo la Contraloría de Medellín a los resultados financieros que tuvo para Empresas Públicas de Medellín (EPM), es el que deja en evidencia que, con corte a septiembre de 2020, EPM perdió por lo menos 72,7 millones de dólares. En pesos colombianos, con la TRM actual, esta cifra equivale a unos 263.000 millones de pesos, lo que ubica esta inversión internacional como una de las que más pérdidas le genera a la compañía.

Para cerrar esta lista de Fajardo, está el gran elefante blanco: La Biblioteca España, esta construcción que fue anunciada en su momento como un ícono de revolución en uno de los sectores más deprimidos del nororiente de Medellín, y, que tenía como intención principal, no solo revitalizar este punto de la capital antioqueña, sino empezar a generar unos espacios de protección, culturales, educativos y de seguridad para zonas de invasión, hoy está abandonada.

Desde su construcción presentó problemas estructurales, además de las deficiencias que se presentaron desde su apertura, para algunos en su afán de inaugurarla porque necesitaban que la obra coincidiera con la visita de los reyes de España. Lo cierto es que las obras que buscaban reparar el parque nunca terminaron y este espacio está cerrado desde 2013.

Así entonces, en el gobierno de Sergio Fajardo, era normal ver en la Junta Directiva de EPM, el desfile de presidentes o vicepresidentes de las empresas del Grupo Empresarial Antioqueño, y, al contrario, desde la entidad pública gerentes y altos funcionarios salían para manejar los negocios del mismo sector económico. Una autentica rueda giratoria.

Puesto que en nuestro país donde se buscan posturas firmes frente a hechos de enorme importancia, el discurso de fajardo siempre es ligero y evasivo.

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Redacción Minuto30

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