Un grupo de aves conocidas como "piqueros patas azules" fue registrado en las ecuatorianas Islas Galápagos. EFE/Guillermo Legaria

Expertos de la Fundación Charles Darwin comentaron este viernes a Efe que esperan romper el récord de conteo de aves en el archipiélago ecuatoriano de Galápagos, que tiene lugar cada diciembre desde hace cinco años y que en 2019 terminó con 622 registros.

Cada diciembre, la Fundación Charles Darwin, en colaboración con otras instituciones, lidera el «Conteo Navideño de Aves», una actividad que inició desde hace más de 100 años en EE.UU., y que ahora se realiza en muchos países alrededor del mundo.

La Fundación y la Dirección del Parque Nacional Galápagos con su proyecto de Conservación de Aves Terrestres de Galápagos, se unieron a esta iniciativa hace cinco años a fin de involucrar a la comunidad de Galápagos para evaluar el estado de las aves terrestres.

NUEVAS MODALIDADES

El reto es lograr que cada año haya más participantes y reportes, pero este 2020 la situación producida por la pandemia de la covid-19 ha obligado a aplicar dos modalidades diferentes.

Se trata del conteo abierto en el que durante todo diciembre se podrá participar desde el jardín, en la comodidad de las casas, o cuando se salga a caminar.

Se puede capturar el momento de avistamiento con una fotografía que servirá para el registro en la base de datos de la Fundación, además de poder admirar la belleza de estas especies y comprender su importancia en el archipiélago, situado a unos mil kilómetros de las costas continentales ecuatorianas.

La imagen captada se envía por WhatsApp, correo electrónico o Facebook a los organizadores.

La segunda modalidad es un conteo de «Audubon Society», que está en vigor desde el 14 de diciembre y terminará el 31. Se puede realizar la observación de las aves desde el domicilio o el lugar donde se encuentre la persona por 60 minutos y utilizando la hoja de datos oficial para este evento.

Para desarrollar esta modalidad se envía un correo electrónico para comentar la participación y ser registrado en la actividad, tras lo cual la persona recibe un documento que contiene detalles sobre cómo realizar las observaciones y la hoja de datos a utilizar.

Una fuente de la Fundación indicó a Efe que en 2018 hubo 438 registros de aves y 622 el año pasado, «ojalá 2020 rompamos récord».

PÁJARO BRUJO

Para la Fundación es importante cualquier avistamiento de ave, pero el pájaro brujo, la paloma de Galápagos, el pachay y los búhos son una prioridad para la colección de datos.

Los expertos ecuatorianos buscan a los descendientes de una especie del pájaro brujo, ave que llegó hace casi un millón de años al archipiélago y cuyo rastro han perdido en la isla San Cristóbal.

Aunque se le puede encontrar en todo el continente americano, en las islas Galápagos hay dos especies propias reconocidas de esa ave: Pyrocephalus dubius (de San Cristóbal) y el Pyrocephalus nanus (en el resto del archipiélago).

Los expertos desconocen aún las causas de la desaparición del ave en San Cristóbal, pues antes de 2015 no había estudios sobre esos animales y especulan que puede estar relacionado con el cambio de las fuentes de alimentos, por problemas con una mosca parásita o con el rebrote de malaria que hubo en el pasado en San Cristóbal.

Aunque la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) considera que el ave está extinta en San Cristóbal, los científicos tienen la esperanza de reencontrarlo pues la isla es grande y hay sitios que aún no han sido bien explorados.

De acuerdo a los expertos, la otra especie de pájaro brujo está en categoría «vulnerable» pues ha desaparecido ya de las islas Floreana y Santa Fe, mientras en Santa Cruz la población «se ha reducido dramáticamente».

Sin embargo, en islas más prístinas, como Isabela, la población de aves es abundante, incluido el pájaro brujo.

En este año, el «Conteo Navideño de Aves» cuenta con el apoyo de Galápagos Science Center (GSC) y Ecology Project International (EPI) que forman parte de la iniciativa que, además de observar a las aves de Galápagos, permite conectarse con la naturaleza y concienciar sobre su protección y conservación para el futuro. Quito, 25 dic (EFE)

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