La culpa fue de los pilotos, dicen los investigadores encargados de esclarecer el accidente del vuelo AF447 de la compañía Air France que cayó en 2009 en aguas de Atlántico y provocó la muerte de sus 228 ocupantes.

Este viernes un tercer informe de la Oficina de Investigaciones y Análisis (BEA, por sus siglas en francés) cuestionó la formación de los pilotos y su reacción durante el accidente tras estudiar la información registrada por las cajas negras halladas, casi de milagro, en el fondo del mar en mayo pasado.

Entre los 216 pasajeros y 12 tripulantes que viajaban de Río de Janeiro a París figuraban 73 franceses, 58 brasileños y 26 alemanes.

Algunos de las fallas, según el informe:

  • Consignas poco claras: a las 02.02 de la madrugada, dos horas después del despegue, el comandante del aparato, de 58 años, se marchó a descansar y dejó a los dos copilotos, mucho menos experimentados, al mando del avión «sin especificar consignas claras». Los copilotos, de 31 y 32 años, tampoco tenían bien repartidas sus tareas, señala el informe. Apenas unos segundos antes del impacto, el primer copiloto tomó los mandos, pero era ya demasiado tarde.
  • Pérdida de velocidad: según el documento ninguno de los dos copilotos identificó correctamente las indicaciones de pérdida de velocidad, a pesar de que una alarma sonó durante casi un minuto advirtiéndoles la situación. Air France defiende a los pilotos y dice que la alarma no funcionó bien. Según se desprende de la conversación entre los tres pilotos una vez que el comandante vuelve a la cabina, los copilotos no eran conscientes de que el avión se encontraba en caída libre. Una caída fatal, que duró tres minutos y medio.
  • Entrenamiento deficiente: el informe señala además que los pilotos no habían recibido entrenamiento para manejar a gran altitud y ejecutaron una maniobra incorrecta, levantando la nariz del avión en vez de hacerlo descender para ganar velocidad, que es lo que se hace en esos casos. En base a la investigación, la BEA recomienda darles capacitación obligatoria a todos los pilotos para ayudarles a volar de forma manual y sortear pérdidas de altura.
  • Piloto automático: esto no sería un error de los pilotos sino una falla técnica. Con base en varios incidentes previos, diversos expertos advirtieron desde 2009 que la caída del Airbus pudo ser consecuencia de un congelamiento de sus sensores de velocidad marca Pitot, del fabricante francés Thales y usada por los aviones Airbus. Pero eso solo no pudo haber sido la causa del accidente. La aerolínea reemplazó los sensores Pitot con un nuevo modelo después del accidente. Air France y Airbus están siendo investigados por homicidio voluntario.

 

Air France y familiares, molestos

En ningún momento se les informó a los pasajeros lo que estaba ocurriendo.

Sin embargo, los errores de los pilotos no convencen a las familias. «Lo que está en juego económicamente supera la búsqueda de la verdad (…). La precipitación en acusar a los pilotos es muy sospechosa en la medida en que esas acusaciones se hicieron muy pronto, justo después de los primeros análisis de las cajas negras», dijo Robert Soulas, presidente de la asociación Entraide et Solidarité AF447 (Ayuda Mutua y Solidaridad).

«Las acusaciones contra los pilotos son inaceptables», afirmó Soulas, representante de familiares de 60 víctimas, que en 2009 presentaron una demanda ante la justicia francesa.

Como explica el corresponsal de la BBC en París Hugh Schofield, el traslado de la responsabilidad a los pilotos -y por ende, no a la maquinaria- es una cuestión muy sensible, y Air France ya ha reaccionado con enojo.

En un comunicado, la empresa indicó que «nada permite hasta ahora cuestionar las competencias técnicas de la tripulación» y dirigió el dedo acusador al fabricante, Airbus, pues, dice, las señales del sistema de alarma de pérdida en la cabina de mando eran confusas y entorpecieron el trabajo de los pilotos.

Aún queda mucho por delante. Los familiares esperan para octubre la identificación completa de los 154 cuerpos recuperados desde el fondo del océano.

Y la última palabra sobre las responsabilidades queda en manos de la justicia. Como recordó la ministra de Medio Ambiente y de Transporte, Nathalie Kosciusku-Morizet, a la radio RTL: «La BEA esclarece hechos, y sobre la base de estos hechos realiza recomendaciones. La responsabilidad de unos y otros es el papel de la Justicia».

Redacción
BBC Mundo

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Redacción Minuto30

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