Foto captura en vivo

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Cuando el teniente coronel Mauricio Meza, de la Fuerza Aérea de Colombia (FAC), le dijo el sábado durante un minuto que quedó a solas con el papa en el helicóptero que estaba muy feliz de que estuviera en el país, Francisco respondió: «Espero que mi visita sirva a Colombia».

Una frase mezcla de deseo y esperanza pero también de duda, casi de tarea que deja a los colombianos, según contó a Efe uno de los miembros de la tripulación responsable de transportar al papa tres veces en Medellín y Cartagena en un helicóptero de la FAC que se usa para los traslados del presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, y que ahora sirvió de apoyo a la visita papal.

«Me sorprendió esa energía, esa tranquilidad, esa alegría que muestra pese al entorno acelerado y que siempre está dispuesto a escucharlo a uno», aseguró por su parte el teniente coronel Alejandro Duarte, que junto a Meza pilotó el helicóptero que movilizó a Francisco este fin de semana en unos trayectos cortos pero que permitieron cumplir con la agitada agenda del papa.

Y agregó: «Siempre está dispuesto a dar una sonrisa».

Duarte recordó que aunque ya están acostumbrados a transportar a Santos y otros altos dignatarios y figuras mundiales, esta vez sintió algo «indescriptible».

«Se llena uno de ansiedad, es algo muy honroso, siento mucho alegría. Pensaba en muchas cosas, en mi familia, en mis amigos y en hacer las cosas bien, porque es una gran responsabilidad», agregó.

Al igual que muchos colombianos durante esta visita, los miembros de la tripulación de la FAC que transportaron al papa recibieron varios regalos, entre ellos una moneda conmemorativa con la imagen de la Virgen y el mapa de Colombia y un rosario.

Pero más importante que eso, fue la cercanía que en esos contados minutos (cada uno de los tres viajes que finalmente realizaron fue en promedio de 10 minutos) pudieron tener con el papa.

Como recuerda el teniente coronel Meza, «aunque su círculo es muy renuente a que se le acerquen y lo toquen», el papa «muy amablemente» estuvo dispuesto, por ejemplo, «a bendecir las fotos familiares y los rosarios de nuestros seres cercanos que llevábamos».

En esos cortos intercambios, «se sintió su carisma, su cordialidad y amabilidad», agregó.

Más que eso, con la tripulación de la FAC también dio muestra de su ya conocido buen humor cuando, cuando al hacer referencia al percance que sufrió este domingo al golpearse un ojo durante un trayecto en el papamóvil, dijo: «En mi país dirían que me hicieron papilla», lo que generó las carcajadas de los presentes.

Antes de abordar por última vez el helicóptero que lo llevaría a tomar el avión en el que se fue de Colombia y desde el que pudo tener una vista nocturna de Cartagena, dio muestra otra vez de su humor cuando, entre risas, les dijo a los militares colombianos: ¿Ustedes otra vez con nosotros?»

«El papa quedó muy impresionado con esa vista nocturna de la ciudad, con el atardecer, y les señalaba a sus acompañantes el cerro de la Popa y su iluminación», comentó por su parte el técnico jefe Édgar Torres, otro integrante de la tripulación.

De su interacción con Francisco, Meza recordó que el pontífice le comentó que había estado «muy feliz», pero especialmente le quedó retumbando lo que le dijo en ese primer encuentro a solas, a lo que el teniente coronel le respondió: «Claro que su visita nos va a servir porque Colombia es un país de fe».


Edwin Álvarez Toro

 

 

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Redacción Minuto30

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