La campaña brasileña subió el tono tras el primer debate presidencial por el segundo turno de las elecciones nacionales, en las que el socialdemócrata José Serra parece ganar terreno en las encuestas a la favorita Dilma Rousseff.

El socialdemócrata José Serra y la oficialista Dilma Rousseff antes del debate televisado del 10 de octubre en Sao Paulo.

El primer debate televisado de la segunda vuelta la noche del domingo marcó el tono de la campaña, con una insólita agresividad que ni Serra ni Rousseff habían mostrado en la primera vuelta electoral.

El debate estuvo plagado de acusaciones en polémicos temas como religión, aborto y corrupción, que en las últimas semanas dañaron la imagen de la favorita.

«El tono que Serra y Rousseff adoptaron en este primer debate que enfrentó a los dos finalistas de la elección es el tono que podemos esperar en todo el segundo turno», afirmó a la AFP el analista André Pereira, de la consultora CAC.

Serra acusó a Rousseff de mostrar «dos caras» por haber defendido el aborto hace tres años y oponerse ahora, mientras la delfina del presidente Lula le acusaba de realizar una campaña de «mentiras y calumnias» para sacarle los electores.

Los dos candidatos se disputan los 20 millones de votos que se llevó en la primera vuelta hace una semana la candidata ambientalista Marina Silva. «Es mejor bajar del ring», declaró la ambientalista en su twitter, criticando la agresividad de Serra y Rousseff en el debate.

La primera encuesta tras la primera vuelta de las elecciones divulgada el pasado fin de semana por el instituto Datafolha dio a Rousseff 48% de la intención de voto, frente a 41% de Serra.

«Dilma Rousseff ha perdido puntos, pero José Serra no los ha ganado», estimó el columnista de Folha Fernando Rodrigues. Los analistas consideran que la encuesta mostró un aumento de los indecisos.

El socialdemócrata José Serra y la oficialista Dilma Rousseff antes del debate televisado del 10 de octubre en Sao Paulo.

«El debate fue agresivo, pero tiene que ser así. No hubo un claro vencedor. Si Serra quiere recuperar la desventaja que tiene con Dilma, tendrá que ser mucho mejor de lo que fue el domingo. Y Dilma tendría que ser mucho peor para perder votos», evaluó la politóloga Lucia Hippolito a la radio CBN.

«Para estar completamente tranquila, Rousseff debería tener 14 puntos de ventaja sobre Serra, de modo que hay incertidumbre. No es motivo de alarma, porque es una ventaja todavía cómoda, pero muestra que su campaña no puede relajarse», estimó Pereira.

Según Datafolha, el 51% de los electores que votaron a Marina Silva en el primer turno votarían por Serra, ex gobernador socialdemócrata de Sao Paulo de 68 años, y 22% votarían a la ex todopoderosa ministra jefe del Gobierno de Lula, de 62 años.

En el intento por conquistar los 20 millones de votos de Marina Silva, el tema religioso se encuentra en el centro de la campaña presidencial: la ambientalista, que es evangélica, atrajo los votos religiosos de iglesias pentecostales que temen que Rousseff despenalice el aborto si llega al poder.

Rousseff visitó este lunes la basílica de Nuestra Señora de Aparecida, la patrona de Brasil (a 180 km de Sao Paulo), coincidiendo con las celebraciones del 12 de octubre. Serra debía hacerlo un día después, este martes.

La Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB) divulgó una nota el viernes defendiendo el derecho de los párrocos a orientar el voto de sus fieles, y dejó claro que una de sus prioridades es «la defensa del derecho a la vida.

RIO DE JANEIRO | AFP

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Redacción Minuto30

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