EN VIDEO: Alcalde de Medellín explica alcances del Acuerdo 300

Minuto30.com.- El Alcalde de Medellín, Aníbal Gaviria Correa, explicó varios puntos del polémico Acuerdo 300, que le otorgó facultades pro témpore para realizar una restructuración administrativa, al asegurar que hay varias falsedades que debe desmentir para que la opinión entienda que no se trata de unos poderes para privatizar.

“Primero, el Acuerdo 300 no son facultades para que el Alcalde de Medellín privatice Empresas Públicas o vaya en la dirección de privatizar Empresas Varias o algunas otras instituciones públicas. Por el contrario, en el Acuerdo 300 se blindan estas instituciones, porque el Acuerdo 300, explícitamente en su articulado, expresa que esas instituciones permanecerán ciento por ciento públicas y que no serán motivo de estas facultades”, indicó Gaviria.

Lo segundo que aclaró el burgomaestre es que el POT se quedaría en el papel, como ha sucedido en otras ciudades, si la administración municipal no se restructura para tener las herramientas para ejecutar ese Plan de Ordenamiento Territorial, como la Agencia del Paisaje y el fortalecimiento de la ESU (Empresa de Seguridad Urbana).

Sobre el Conglomerado Público, Aníbal Gaviria aseguró que esta estructura hace parte de un ejercicio en el que se viene trabajando con la Cámara de Comercio de Medellín para la búsqueda de una mayor sintonía entre todas las instituciones vinculadas al municipio a partir de las buenas prácticas de gobierno.

El Alcalde de Medellín también explicó que prefirieron apelar a las facultades especiales que a un proyecto de acuerdo ordinario porque agiliza el tiempo de restructuración administrativa, ya que la administración “no bajará el acelerador por ser año electoral” y con cuatro meses de facultades lograrán dejar un municipio moderno que pueda ejecutar el POT.

Finalmente, Aníbal Gaviria, quien aceptó que aún no se sabe cuántos cargos se crearían con las facultades especiales, llamó la atención para que el debate sea de argumentos y con respeto y no de improperios e insultos, porque “no es lo que merece la ciudadanía”.