Después de que la Corte Constitucional Colombiana llevara años avanzando en el reconocimiento de los derechos de las parejas del mismo sexo, se le acabo la batería en el tema y se atrancó en la adopción homoparental con una votación 4-4 y ahora, esta trascendental decisión se encuentra en manos de un Conjuez.

Eliana Katherine Gómez Mejía

El abogado que tiene a cuestas tan importante y álgida decisión es José Roberto Herrera Vergara, de ascendencia conservadora, y aquí es donde está el quit del asunto. El Conjuez Herrera no debería esperar iluminación divina sino interpretar la norma, la cual es clara en establecer que todos y todas somos iguales ante la ley y hacerla extensiva.

Sobre el tema, según concepto emitido por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar –ICBF, respondiendo a solicitud realizada por la misma Corte, se estipuló que en la adopción por parejas del mismo sexo no hay relación entre la orientación sexual de los padres y afectaciones psicológicas de los menores y que inclusive hay una mejor relación con los hijos que en las familias de padres heterosexuales.

Soy una convencida de que la preferencia sexual no debe ser causal de exclusión social, y menos de vulneración derechos, que las personas independientemente sea su condición, deberían poder realizar sus sueños, inclusive si se trata de construir una familia con hijos, legalmente.

Este tema me recuerda una conversación que sostuve el año pasado en el mes de noviembre con jóvenes de la comunidad LGBTI del municipio de Sopetran (Ant), sus posiciones eran divididas, pero mayoritariamente estaban en contra de la adopción gay, argumentaban “no estamos preparados para tal responsabilidad como la de sacar un hijo adelante”, “llevamos una vida muy desordenada”, “seriamos un mal ejemplo” y quizá muchas y muchos homosexuales y heterosexuales piensen igual, pero lo cierto del caso es que dichas posturas no pueden afectar a esas parejas que ansían complementar su hogar, que han pasado por esa etapa por la que quizá se encuentran los jóvenes con los que hablé y ya se encuentran listas y listos para enfrentar una mayor responsabilidad.

Quien no quiere ser padre o madre que no lo sea, pero quien quiere y puede hacerlo, debe contar con los mecanismos legales que le garantice el ejercicio de su derecho, pero más allá de ello, es sin duda alguna el cumplimiento del derecho constitucional de los niños, niñas y adolescentes de tener una familia.

Esperemos que el Conjuez se ilumine y emita fallo favorable sobre la adopción igualitaria, con sustento jurídico y de acuerdo a la realidad social y cultural de una sociedad dinámica. @ElianaGomez

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Redacción Minuto30

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