Elecciones en Brasil y foro de Sao Pablo. Por: Ariel Peña

Los gobiernos del socialismo del siglo XXI están de pláceme por el triunfo de Evo Morales en Bolivia, que alcanzó cerca del 60% en las elecciones que se realizaron el pasado 12 de octubre y que le dan un tercer mandato de 5 años, por ello la llamada izquierda Latinoamericana, lanza gritos de júbilo y en su consabida monserga, plantea que el socialismo llegó para gobernar eternamente a las naciones de la región y que eso es algo irreversible e inevitable de acuerdo a su concepción fetichista de la política, sin embargo el próximo 26 de octubre se llevara a cabo la segunda vuelta electoral en Brasil, en donde la presidenta Dilma Rousseff del partido de los trabajadores el cual es miembro del Foro de Sao Pablo, puede perder las elecciones con el candidato Social Demócrata Aécio Neves, lo cual sería un verdadero tsunami.

Porque hay que recordar que el Expresidente de Brasil Lula Da Silva fue el fundador junto con el tirano de Fidel castro en 1990 del Foro de Sao Pablo, que pretendía buscarle vigencia histórica al marxismo leninismo repudiado en Europa tras la caída del muro de Berlín hace 25 años, y el atraso conceptual e ideológico de un buen sector de la población Latinoamérica fue el terreno abonado para reciclar los desechos comunistas rechazados en el viejo continente, presentándolos como una novedad y vistiéndolos con el ropaje del socialismo del siglo XXl para engañar incautos, cuando es el mismo brebaje con diferente etiqueta.

Pero a Lula y a Fidel Castro también los ayudo para impulsar su proyecto, la abulia intelectual de los Demócratas de esta parte del mundo, que se dejaron llevar de las palabras del politólogo Estadounidense Francis Fukuyama, quien hablo del fin de las ideologías, lo cual es un despropósito porque eso sería negar el componente filosófico, por ejemplo de religiones trascendentales y tradicionales de la humanidad como el Hinduismo, el Budismo, el Cristianismo Católico y el Islam, que indudablemente tienen basamento ideológico siendo muy difícil la desaparición de esas doctrinas. Por ello a pesar de haber conquistado varios Gobiernos por parte de los seguidores del Foro de Sao pablo en todos estos años, una derrota de sus partidarios en Brasil agrietaría ese conciliábulo y podría traer un efecto dómino en los próximos años.

En Latinoamérica hay doce países que son gobernados por partidos miembros del Foro de Sao Pablo, y en Colombia hacen parte del mismo el Polo Democrático, el Partido comunista, la marcha patriótica y las bandas terroristas de las farc y el eln son afiliadas aunque no abiertamente en esta época, por eso Colombia ha tenido que soportar los embates de la fauna más extremista de esa organización de partidos y movimientos, que busca que el país caiga en sus fauces y de ahí el apoyo a los diálogos de la Habana, no porque les interese la paz, sino para que la nación haga también parte de su ritual.

Sin embargo dentro de la creación de Lula existen diferencias ente algunos gobiernos, porque hay un sector antropófago que sigue las orientaciones castrochavistas y son miembros del Alba(alianza bolivariana para los pueblos de nuestra América) como Venezuela, Cuba, Ecuador, Nicaragua y Bolivia, a la vez existen gobiernos moderados casos de Chile, Perú y Republica Dominicana que no tienen las intenciones expansionistas y esclavistas del comunismo totalitario, habiendo una contradicción en la llamada unidad de los pueblos, pues para los seguidores del difunto Chavez esa se fundamenta en crear una Unión Soviética Latinoamericana, ya que el finado era un nostálgico de la guerra fría y nunca concibió ni reconoció la debacle del campo socialista en la antigua cortina de hierro.

El gobierno de Lula en Brasil de 2002 al 2014, fue realista y no cayó en aventureras como si lo hizo Chavez en Venezuela, por eso no se puede comprender como fue que el exlíder sindical fundo el Foro de Sao Pablo en compañía del sátrapa de Fidel Castro, quien es el genocida más grande que ha existido en Latinoamérica en los dos últimos siglos, entonces lo que se juega el próximo 26 de octubre en las elecciones Brasileñas es de capital importancia para la región, pues una derrota de la señora Roussseff quien es apoyada por Lula tendría una enorme incidencia para el futuro político de Latinoamérica.