Colombia no puede ser indiferente ante la tragedia de miles de niños abusados sexualmente por miembros de las Farc, es nuestro deber luchar por la justicia y los derechos de nuestros niños.

Quizás lo hemos repetido una y mil veces, quizás este es uno de los temas en los que no me gustaría decir ‘se lo dije’, pero si, se lo dijimos al ex presidente Santos, se lo dijimos más de seis millones de colombianos. Las condiciones del Acuerdo firmado con las Farc dejaría impune los delitos sexuales contra menores de edad.

Las miles de niñas víctimas de abuso sexual al interior de las Farc fueron revictimizadas. Tristemente en esta ocasión su verdugo fue la Corte Constitucional que a través de un nefasto fallo, permitió que la impunidad se extienda a responsables de delitos atroces como lo son las violaciones sexuales a menores de edad.

Las Farc a lo largo de su historia criminal trataron a la mujer como un objeto sexual , la comisión de delitos como el abuso sexual, el aborto forzado, la esterilización, la prostitución y la esclavitud de mujeres fue una constante durante más de 50 años.

Un reciente informe del Centro de Memoria Histórica indica que las Farc tienen cerca de 4.755 víctimas de violencia sexual. De esta investigación se dio a conocer, por ejemplo, que alias Raúl Reyes abusaba sexualmente de jóvenes combatientes que acostumbraba elegir para su guardia personal, vinculadas mediante reclutamiento forzado.

La Corte Constitucional, mediante un fallo, que no tiene otro calificativo que nefasto, cuyo ponente fue el Magistrado Antonio José Lizarazo, y que fue aprobado por 8 de 9 magistrados, se declaró inexequibles las modificaciones que hizo el Congreso a la reglamentación de la JEP, excluyendo estos delitos de la misma, argumentando que el legislativo no es competente para determinar que los crímenes de abuso sexual, ocurridos en el ‘marco del conflicto’, deban ir a la justicia ordinaria y no a la JEP.

El mensaje de la Corte está claro, la atrocidad y gravedad de las violaciones dependen del ‘marco’ en el que se haya dado, y como estas se dieron en el ‘marco del conflicto’, y a su vez el ‘conflicto’ se dió, según las Farc, por tintes políticos, entonces las violaciones a las miles de niñas y mujeres no fueron tan graves, porque se realizaron en medio de un conflicto armado. Finalmente, para la Corte, el delito de acceso carnal violento termina siendo un delito conexo al delito político y por lo tanto merece penas alternativas. Doloroso, pero cierto. La gravedad del delito depende del victimario.

Esta es una prueba más de que son los victimarios, y no las víctimas, la prioridad del acuerdo que nos dejó de herencia Santos. La Corte, la encargada de velar por los derechos humanos, es la misma que hoy niega justicia para las víctimas de abuso sexual de las Farc.

Grave y desconcertante; Como sociedad no podemos permitir que estos vejámenes queden impunes. Exigir que los responsables de estos delitos reciban las más altas penas es nuestro deber. La paz no se consigue con impunidad sino con justicia, esa que miles de víctimas aún esperan y que gracias al pacto de La Habana, y hoy, gracias a la Corte Constitucional, parece que no llegará.

Sin embargo aún hay esperanza, cadena perpetua para violadores, la confianza en el gobierno de Iván Duque.

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Redacción Minuto30

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