Lisboa, 6 oct (EFE).- Portugal acaba de ser reconocido, un año más, como el mejor destino turístico de Europa, un "caramelo envenenado", según los expertos, dado que ha impulsado su economía y su empleo, pero que, en un contexto de bajos salarios, ha agravado su crisis de vivienda.
El reconocimiento llegó hace una semana de la mano de los World Travel Awards Europa, los galardones internacionales más prestigiosos de la industria de los viajes, que premiaron al país atlántico como el mejor destino de 2023 por sexta vez en siete años, entre otras categorías.
Se suma a la fuerte campaña de las autoridades lusas para atraer a los extranjeros en la última década, con el impulso de iniciativas como los visados "gold" y un régimen fiscal especial para los no residentes, que, aun así, el Gobierno ha anunciado que va a eliminar.
Y este trabajo ha posicionado el turismo en Portugal como el 15,8 % del producto interior bruto y el 8,9 % del valor añadido bruto, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) luso de 2022.
Sin embargo, esta apuesta que parecía segura ha acabado disparando los precios de los alquileres, lo que ha suscitado numerosas protestas, y ha obligado al Ejecutivo socialista, con mayoría absoluta en el Parlamento, a recular y retirar parte de sus medidas para atraer la inversión extranjera.
"La actividad turística no debe ser un caramelo envenenado. No debe, pero lo ha sido", explicó a EFE José Reis, catedrático de la Facultad de Economía de la Universidad de Coimbra.
A su criterio, el sector turístico potenció empleos "poco creadores de valor añadido" y con bajos salarios, por lo que, aunque no es un sector negativo "per se", sí lo fue la "desatención" a otros sectores y la "especulación" que afectó a la vivienda.
En Lisboa, un simple estudio ya supera los 1.000 euros mensuales, en un país donde el salario mínimo está en 760 euros y la remuneración media bruta en 1.411 euros, una situación que ha provocado multitudinarias marchas y protestas en los últimos meses.
Para afrontar esta crisis, Reis sostiene que hay que subir tanto el salario mínimo como el medio, algo que llevará tiempo, además de limitar los apartamentos turísticos y potenciar otros sectores económicos que crean más valor añadido, entre otras medidas.
Por: EFE
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