El rastro del narcotráfico en Colombia

Desde los años 80 se popularizó en Colombia la gran influencia del negocio ilícito del narcotráfico, el Cartel de Medellín, el Cartel de Cali y demás organizaciones se encargaron de cambiar el panorama social y hasta político de nuestro país a base del polvo blanco que se comerciaba en Estados Unidos y el resto del mundo.

Constantes guerras, amenazas y atentados; miles de policías y civiles asesinados, además de un gobierno en jaque por la necesidad de la toma de decisiones como la extradición. Sin duda alguna un panorama que ningún colombiano desea repetir.

Pero, ¿verdaderamente están desmontadas las grandes bandas del narcotráfico en Colombia? Claramente no, el Cartel de Medellín con la Oficina de Envigado dejó células criminales a lo largo de todo el país.

Recientemente se capturó al presunto líder de la organización Los Chatas, una banda que se dedica al narcotráfico y opera principalmente en el departamento de Antioquia. Juan Carlos Mesa, o también conocida como Alias ‘Tom’, estaba celebrando su cumpleaños número 50, y las fuerzas públicas de Colombia se apuntan el logro recién conseguido diciendo que es el narcotraficante más buscado.

Si bien es cierto que se ofreció una recompensa de 2 millones de dólares antes de la captura a quien proporcionara información sobre ‘Tom’, la mayoría de los colombianos no saben quién es este criminal. Es un hombre que era prioridad de captura para las autoridades colombianas y norteamericanas; podría esperar su condena en Colombia o ser reclamado para extradición.

Lo que más impacta de este hecho no es la captura de Juan Carlos Mesa, lo que dejó atónitas a muchas personas es que se encontró a Jhon Jairo Velásquez más conocido como ‘Popeye’ junto con alias ‘Tom’ celebrando. En el sitio de la rumba se encontraba el anillo de seguridad armado de ‘Tom’ (que fue controlado por la Policía), gran cantidad de psicoactivos, siete carros de lujo, joyas, 80 millones de pesos y 14 mil dólares (aproximadamente 42 millones de pesos).

Se insinúa que Popeye pudo reincidir en el crimen, y tampoco es una persona que en su libertad condicional realice cosas positivas, puesto que vende su imagen como influenciador en redes y como una persona que le cambió el rumbo a su vida; Popeye es un vendedor de humo, su vida puede seguir basándose en el delito. Pero ¿qué tan común es en nuestro país la reincidencia?

Según las cifras del Departamento de Planeación Nacional el 15.5% de las personas presas en Colombia son reincidentes, es decir, en el país hay aproximadamente 120.000 personas en prisión, de los cuales 18.000 ya han sido privados de la libertad en más de una ocasión.

En todo el país hay 316 centros penitenciarios, es decir, en promedio, deberían existir 400 presos o unos cuantos menos por cada centro penitenciario, pero no es así.

Claramente dependiendo de la ciudad donde se encuentre la cárcel esta va a ser más grande o más pequeña, va a tener capacidad para más o menos personas. Por ejemplo, en los departamentos de la Guajira y Antioquia se encuentran las prisiones de Riohacha y Bellavista, cada una de ellas con un hacinamiento del 452% y 283% respectivamente. En solo la cantidad de presos ya se vive una crisis carcelaria en el país, esto sin contar por ejemplo, el estado estructural e higiénico de las mismas.

Como se dijo anteriormente, hay aproximadamente 120.000 presos en Colombia, albergados en unas cárceles con capacidad para 78.418 personas, las cárceles en general se encuentran sobrepobladas. Los presos que salen reinciden en el crimen para seguir viviendo en precarias condiciones, pero gratis, ya que muchos de ellos no estudian ni realizan trabajo social dentro de la prisión, Esta tetica de los presos nos cuesta a los colombianos aproximadamente 293.000 millones por año, es decir, más o menos unos 2.441.000 pesos por preso.

Es indignante que un preso que no se esfuerza por cambiar su condición (no se debe generalizar, muchos de ellos cumplen con el objetivo de las cárceles de reincorporar a la sociedad) reciba sus alimentos y vivienda por un precio que es superior al del salario mínimo colombiano. Superior a las ganancias de las personas que día a día se parten el lomo por llevar un sustento a su hogar. Definitivamente necesitamos reformar la situación carcelaria en Colombia.

@JuanJmnz1