El 10 de noviembre de 2016 inicié un escrito titulado “En donde está el péndulo” con el párrafo que trascribo: “El brexit en la Gran Bretaña, el triunfo del No en el Plebiscito del 2 de octubre, la elección de Donald Trump en los Estados Unidos son expresiones populares coincidentes, en cuanto a la reacción masiva de los diversos pueblos a las intenciones soterradas de imponer ya sea ideologías o, sistemas económicos que pretenden la globalización o, la uniformidad entre los diversos pueblos”

Posteriormente se han dado los giros en Chile, Argentina, Perú que salió rápido de Ollanta Humalla, Francia, algunos países de Europa central, Austria, Paraguay, Italia y el nacionalismo, Ecuador, Colombia, Brasil y muy seguramente esta tendencia se universalizará para en muy poco tiempo, tener una gran masa de pueblos que creen en su autonomía y capacidad para decidir por sí mismos sobre su futuro y sus maneras de enfrentar los retos del desarrollo sin la necesidad de elegir gobiernos totalitarios que les castren la libertad, la autodeterminación y su individualidad

Los representantes de ese tipo de ideologías están en el ojo del huracán y muy pronto veremos cómo ya sea por decisión interna de sus “gobernados” o, por presiones internacionales o, por acciones de hecho, no muy aceptables pero muy seguramente aplaudidas, verán el final de sus mandatos anticipadamente y tendrán que retirarse por voluntad propia o por la fuerza a un lugar en donde nadie los encuentre puesto que la gran cantidad de enemigos que se forjaron verán como un trofeo el encarcelamiento de por vida de estos tiranos.

Aquí sin ir muy lejos hemos tenido en la capital de la corrupción a una serie de gobernantes afines a esas ideologías qué o están en la cárcel o deben hasta los calzoncillos debido a las diversas condenas pecuniarias por parte de los organismos de control. Además de corruptos son pésimos administradores. El idealismo utópico los guía pero para los demás puesto que para ellos la riqueza extrema con los recursos públicos es su paradigma.

Estas ideas caducas y supuestamente revolucionarias han permeado las mentes de algunos idealistas a ultranza que consideran que el mundo debe ser igual, todos debemos tener lo mismo sin importar el esfuerzo, el trabajo o la inteligencia, nadie disiente, saben que se levantan y tienen la desdicha de una vida sin deseos ni aspiraciones. Da lo mismo si trabajan mucho o poco pues la miseria se reparte por igual.

Vemos individuos que consiguieron sus capitales por medio de todas las formas de lucha sin importar la honestidad de sus financiadores que, pretenden convertirse en el faro moral, acceden con opacidad al usufructo de medios de comunicación con licencia para todos tipo de atropellos a la verdad y se dedican al ataque sistemático, permanente y mentiroso en contra de todos aquellos que no son de su mismo círculo moral; no se sabe cómo hacen pero hasta muchos de sus colegas que supuestamente tiene paradigmas éticos diferentes, caen en sus veleidades de libertad de desinformación.

Sabemos que son una minoría y esos pocos comunicadores ubicados en medios masivos hacen un daño inconmensurable puesto que saben cómo manipular la información de manera que la mentira y el libelo cojan fuerza y la verdad de los hechos se disipe en la niebla de lo incierto.

Esas minorías de políticos caducos, comunicadores oportunistas y vendidos, profesores y maestros envilecidos, dirigentes o revoltosos estudiantiles encapuchados que fomentan el vandalismo, y otros pocos representantes de las minorías históricas de la humanidad quieren conseguir que las mayorías reales vivamos y ordenemos al mundo para satisfacer sus necesidades.

Alguien de esas minorías no tiene conque conseguir carne y decide atacar a los carnívoros, otro es deseoso de comer ensalada y concluye que esa es la mejor fuente de energías y que el resto es un desperdicio de vida, algunos atacan el azúcar, otros la sexualidad natural, el de más acá decide que para vivir feliz es imperativo el desborde de la pederastia, aquel de allá incita al racismo, otro dice que la justicia es zurda y así nos vamos metiendo en el camino de las excepciones para concluir que el mundo es injusto y que no se les da las debidas oportunidades a los que son menos. El Hecho es que son menos y el mundo no puede girar en torno a ellos.

La evolución natural de las especies hace fuertes y con más posibilidades de sobrevivencia a los más aptos y de ahí nacen las mayorías y quien no se adapte desparece o vive como la excepción y lo acepta.

Postre: a todas estas ¿Qué ha sucedido con la cancelación del semestre académico?

Pluscafé: Creo que vendrán insultos de mucha minoría, pero no olviden que son menos.

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Redacción Minuto30

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